Ence, nuevo ciclo en Huelva

21 de octubre 2014 - 01:00

POCAS salidas les quedaban ayer a los trabajadores de Ence reunidos en asamblea salvo aceptar el preacuerdo alcanzado por sus representantes en el comité de empresa y la dirección de la compañía. En la madrugada del domingo pasado y tras muchas horas de negociación, ambas partes firmaron un compromiso que garantiza los puestos de trabajo en Huelva a 60 de los 294 empleados, en tanto que 193 quedan a expensas de la puesta en marcha de lo que la empresa denomina como "parque de generación de energía renovable" con el uso de biomasa. Los restantes trabajadores esperan poder ser recolocados en las plantas de producción de celulosa con las que Ence cuenta en Pontevedra y Asturias o en la de cogeneración, cuya construcción está ultimando en Mérida. No obstante, algunos optarán por abandonar la empresa con indemnizaciones calculadas a razón de 45 días por año trabajado hasta febrero de 2012, cuando entró en vigor la reforma laboral, y de 33 a partir de entonces. El hecho cierto es que la fábrica de celulosa cerró ayer sus puertas de manera definitiva tras 50 años de historia y que el futuro está por decidir, con grandes incógnitas por despejar. No sólo se trata de que la empresa pueda cumplir con sus previsiones de reconversión de la factoría en una gran planta de generación de energía, sino de que las administraciones pongan de su parte para tratar de resolver de manera favorable dichos planes. Se trata de sumar las voluntades política y empresarial, que se dan por descontadas, y también de hacer posible que el proyecto se ajuste a los requisitos legales requeridos, tanto en el plano regulatorio de la producción energética -donde los últimos gobiernos han llevado a cabo una labor más bien errática que no ha favorecido la estabilidad del sector- como en el medioambiental, teniendo en cuenta el impacto de las emisiones atmosféricas de este tipo de instalaciones, especialmente por la generación de dióxido de carbono. Organizaciones ecologistas como Greenpeace defienden el uso de la biomasa como método de producción energética, si bien alertan que sólo debe utilizarse como materia prima leña y restos vegetales. Ese debe ser el fin de las 150.000 hectáreas de eucalipto que dependen en la provincia de Ence, cifra resultante de la suma de los suelos propiedad de la compañía como de sus proveedores. Destinadas hasta ahora a la fabricación de pasta de papel, la empresa debe hacer todos los esfuerzos para no dejar sin uso ese importante patrimonio forestal. Junta de Andalucía y Gobierno de la nación han maniobrado en la sombra para hacer posible el acuerdo, pero su trabajo no puede darse ni mucho menos por concluido.

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