Alto y claro
José Antonio Carrizosa
Pablo y Pedro
El Congreso 2012. El amanecer de los mayas aspira a convertir a Huelva, del 21 al 24 de noviembre, en un escenario en el que expertos llegados de todo el mundo intercambien y difundan conocimientos acerca de la civilización antigua más avanzada del continente americano. Dos universidades radicadas en Huelva, la Onubense y la Internacional de Andalucía a través de su sede de La Rábida y cuatro embajadas de Mesoamérica, con Tierra Creativa y la Fundación Caja Rural del Sur, unen sus esfuerzos para organizar este en el marco del Otoño Cultural Iberoamericano (OCIb 2012), que será sin duda la referencia más destacada del año en Europa sobre el mundo maya, que el 20 de diciembre próximo cerrará un ciclo de 5.125 años en la llamada cuenta larga de su calendario.
El calendario maya por sí solo es un prodigio matemático y astronómico, eso sí, sumamente complejo. En él se contempla el sistema haab o civil, que equivale a nuestro año solar de 365 días, pero dividido en 18 uinales (meses) de 20 kines (días), que se completan con los cinco días restantes, uayeb, considerados nefastos, de mal agüero. El calendario se complica con otro sistema que se superpone al anterior, el tzolkin o sagrado, que consta solo de 260 días, repartidos ahora en 13 meses de 20 días.
La rueda calendárica, una serie de coronas circulares concéntricas, combina las fechas de ambos sistemas, de forma que en la rueda interior se colocan los números del 1 al 13; en la intermedia, los 20 signos de los días del sistema tzolkin, y en la externa los 365 días del calendario haab. Solo diré para enredar más las cosas que cada 18.980 días se dan 52 vueltas al haab y 73 al tzolkin coincidiendo ambos en el mismo punto. Al no ser frecuente en aquella época que la edad de los mayas sobrepasara los 52 años, dicha coincidencia no se solía producir más de una vez en la vida. Pero es la "cuenta larga" la que mide largos ciclos de tiempo, ya que consta de 7.200 tzolkines, por no hablar de su división en baktunes, katunes o tunes.
Dejémoslo aquí por ahora, añadiendo sólo que los alumnos del Colegio Aurora Moreno, de Gibraleón, con sus profesores y padres, coordinados por Rafael Mélida y Mónica Rasco, están realizando a lo largo del curso un trabajo colectivo que culminará un gran calendario maya en la fachada: una experiencia didáctica y creativa del mayor interés para construir puentes entre expertos mayólogos y escolares, entre Huelva y América, entre el hoy y el pasado más remoto.
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