El santuario de la Patrona de Huelva se quedó ayer pequeño para asistir a la misa presidida por Tomás García. Como suele ser tradicional, éste era un día especial en el calendario cultual de la Hermandad de Nuestra Señora de la Cinta, que ha vivido un fin de semana plasmando sus actividades organizadas con motivo de la festividad de la Candelaria.

La celebración eucarística contó con la presencia del Niño Jesús de la Cinta, que ya estaba situado en su pequeño paso exornado y dispuesto para que, una vez concluyera la misa, fuera portado en la procesión tradicional.

El recorrido del paso de la imagen incluyó algunas de las vías adyacentes al Santuario. El Niño Jesús fue portado por chicos y chicas que, en todo un ejercicio de devoción, hicieron suyo el cariño hacia una imagen tan señera. El recorrido procesional se vio algo deslucido, como denunció el hermano mayor de La Cinta, Manuel Roméu, por la ausencia de acompañamiento musical por parte de algunas bandas o agrupaciones a las que se les había conminado a asistir a la procesión. Esto no fue obstáculo, sin embargo, para que los hermanos de la hermandad de la Patrona mostraran, una vez más, el cariño y el fervor con los que hacen todas las cosas hacia la Virgen Chiquita.

En otro momento, Manuel Roméu indicó que es proyecto para el próximo año dotar al Niño Jesús de un nuevo paso, que sea completamente distinto al habitual y que, entre otras cosas, resultará menos pesado para llevar y con un diseño radicalmente diferente al paso de madera actual.

La imagen del Niño Jesús, una talla del imaginero Luis Álvarez Duarte, portaba al igual que su Madre el ancla, como abogada de los marineros y en esta ocasión tampoco estrenó traje, si bien hay que recordar, como señaló el hermano mayor, que la imagen está bien provista de vestuario. Manuel Roméu añadió que iniciativas como la de la procesión del Niño Jesús suponen todo un trampolín para que las nuevas generaciones de cinteros vayan cultivando su devoción por la Patrona de Huelva.

Con la procesión, que se celebra el día después de la festividad de la Candelaria, siempre que ésta sea domingo, concluyó el programa de celebraciones ya que el sábado el Santuario acogió la presentación de los niños a la Virgen que fue presidida por Pedro Gamero.

Algo más de cien pequeños acudieron al tradicional acto que simboliza el paso de la devoción a la Patrona de padres a hijos. Tras el acto, hubo una celebración eucarística que contó con la presencia de representantes de la Hermandad de la Victoria. De hecho, tras concluir la misa, se descubrió un azulejo de la Virgen de la Victoria que la hermandad del Polvorín ha regalado al Santuario y que ha sido colocado en el claustro.