Vivir en Huelva

El miedo a expresar lo que pensamos

El miedo a expresar lo que pensamos

EL miedo a expresar lo que pensamos es mucho más frecuente de lo que creemos. La mayoría hemos sentido algún bloqueo en mayor o en menor medida en las diferentes áreas de nuestra vida. Ya sea en el trabajo, con amigos, en familia, en alguna actividad de ocio. Ese bloqueo se ha podido ver a la hora de expresar una opinión, a decir que no estamos de acuerdo en algo, un comentario sobre algún suceso, etc.

El famoso concepto de asertividad, acuñado por el psicólogo estadounidense Andrew Salter, se define como la habilidad para expresar las opiniones o deseos personales sin hacer daño al otro, aunque el otro pueda sentirse ofendido. Consiste en expresarnos de una manera respetuosa y sincera. Cuanto más asertivos seamos, menos miedo tendremos a expresarnos ante los demás.

Nuestro entorno sociocultural está muy basado en el “que dirán”. Por eso vamos a medir mucho lo que vamos a decir, por si lo que decimos no es correcto, por si nos critican. Y esto nos va a llevar a la autocensura. Anteponemos conservar nuestras relaciones sociales a nuestras opiniones o deseos.

Las causas más frecuentes del miedo a decir lo que pensamos son varias:

Miedo al rechazo: Si no están de acuerdo con lo que digo, puede que me rechacen o me excluyan del grupo. Este miedo es mucho más potente entre los adolescentes, por la presión del grupo. En estas edades es muy importante lo que piensen los demás y sentir que se pertenece a un grupo. En los adultos, este miedo se puede acentuar mucho, sobre todo en los grupos en el trabajo: si me quejo sobre algún compañero o sobre algo que en lo que no esté de acuerdo, puede ser que me rechacen y me hagan el vacío.

Al dejar de expresarnos, nuestro yo verdadero se va perdiendo y vamos generando un personaje que no es realmente auténtico para poder agradar y caer bien a los demás. Actuando así dejamos de ser nosotros y perdemos nuestra esencia.

Creer que lo que voy a decir es una tontería, que no tiene ningún valor. Esto lo suelo escuchar mucho en consulta a la hora de hacer nuevos amigos o en pandillas que llevan mucho tiempo juntos. Suelen decirme: “Lo que voy a decir es una tontería, para qué lo voy a decir”. Creemos que nuestra opinión o idea tiene que ser casi como una tesis doctoral sin darnos cuenta que en lo sencillo está lo grande. Menospreciar o infravalorar nuestras opiniones es un problema de inseguridad en nosotros mismos, de una baja autoestima.

Miedo al ridículo: Otra de las causas de no decir lo que pensamos o expresar nuestros deseos es que creemos que al exponernos nos vamos a quedar en ridículo y los demás se van a a reír de nosotros. Pensamos que podemos sufrir ante cualquier momento social y esto tiene que ver mucho con experiencias del pasado en la infancia-adolescencia. En un alto porcentaje se da una experiencia traumática previa que nos hace creer que podemos volver a vivirla.

Huir de los conflictos: Para tener relaciones sanas necesitamos tener conversaciones incómodas. Pero a las personas que les cuesta expresar lo que piensan o desean suelen huir y escapar de estas conversaciones. Creen que evitando un conflicto se va a solucionar, cuando es todo lo contrario: se va acumulando y agrandando. Se van adaptando al silencio por miedo o por cobardía y lo único que se consigue con esto es que se agrave la situación.

¿Cómo podríamos mejorar este miedo? Lo primero que podríamos hacer es empezar a dar nuestro punto de vista en situaciones sencillas. Por ejemplo, dar una opinión sobre qué vamos a pedir del menú, que película nos apetece ver, dar nuestro punto de vista sobre algún consejo que nos pidan…

Aprender sobre la asertividad, cómo expresar lo que nos ha molestado, dar una opinión, saber decir un elogio. La asertividad se aprende; todo el mundo tiene la capacidad de aprender a expresarse y decir su opinión. Esto nos va a aportar seguridad y va hacer que el miedo disminuya. Por lo tanto, seremos más capaces de volver a dar una opinión o expresar el deseo que tengamos en cada momento.Mejorar la autoestima. Al aumentar nuestra valoración sobre nuestro autoconcepto, ganaremos seguridad y, por lo tanto, nos atreveremos más a decir lo que nos apetezca. Desaparecerán así esos fantasmas de autocrítica y autocensura a la hora de expresarnos.

Todas estas mejoras se pueden conseguir en terapia. Siendo capaces de aprender ya que todos los miedos son aprendidos por situaciones pasadas, estos también se pueden desaprender .

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios