suelen tener periodicidad semanal

Los kioscos se llenan de caprichos

  • El inicio del nuevo curso escolar marca la vuelta de los coleccionables a los establecimientos

Desde abanicos, pulseras o coches de época, hasta bichos, juegos de té o utensilios de repostería creativa. El mes de septiembre conlleva la vuelta a kioscos y papelerías de toda clase de coleccionables. Con una cuidada y bonita presentación, una publicidad constante en televisión y un precio de lanzamiento asequible, es difícil resistirse a la tentación de comprar, aunque sea, el primer fascículo de estos artículos.

Las dos grandes épocas de lanzamiento son ahora en septiembre y a principios de año, en parte debido a que son fechas en las que hay mejores propósitos o, por lo menos, mayores intenciones. La calidad de los coleccionables es alta, por lo que el precio va incrementando a medida que avanza el número de fascículos. Es por ello que muchos coleccionistas desisten en acabar las colecciones, además del elevado número de entregas a las que suelen ascender algunas entregas, llegando a la friolera cantidad de treinta fascículos.

El número de entregas y el elevado precio son los motivos por los que se dejan de adquirir

José Gabriel, kiosquero de la calle Méndez Núñez, relata a Huelva Información que en los últimos años no se suelen recibir novedades. "Traen todos los años lo mismo, repetición de lo que ya ha salido miles de veces". En cuanto a la crisis económica, José Gabriel afirma que la venta de este artículo ha sufrido en gran medida sus efectos. "Las ventas de colecciones ha descendido de manera brutal, diría que casi un 80% menos de lo que se vendía antes".

Cuando se le pregunta sobre cuál es el coleccionable que más se vende, el kiosquero es rotundo: "Ninguno". "Lo que la televisión dice que debe de gustarnos es lo que más se vende", explica. Una de las pocas novedades de este año son las figuras coleccionables de la saga de videojuegos Assassin's Creed. El número de ventas de estos artículos están siendo relativamente bajos en los últimos años, llegando a amontonarse los fascículos en el interior de los kioscos. "Los únicos que se agotan son aquellos que se venderían bien pero porque mandan muy pocas, porque son colecciones nuevas, y de las novedades mandan menos que de coleccionables de otros años", relata el empresario.

Alicia Moreno, onubense de 21 años, recuerda con cariño cómo su madre le compraba algunas colecciones de pequeña y lo entusiasmada que recibía cada nuevo fascículo. "He tenido muchos coleccionables pero, sin duda, mi favorito era la de libros de Esther y su mundo, cerca de ochenta tomos que mi madre me compraba y con los que he ido creciendo, con los que disfrutaba mucho leyendo, pero ahora me doy cuenta de lo caro que es seguir una colección y terminarla".

Sin duda, los coleccionables son un gran atractivo entre niños y adultos en esta época, cuando empieza un nuevo curso. Hay de todo, así que se puede elegir qué colección empezar; hay todo un año por delante. Es una forma más de acercarse hasta los kioscos al menos una vez por semana, que es la frecuencia de salida de cada número del coleccionable.

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