Todo está en tí

Psicología y Salud: Cómo liberarte de tu ex

Un motivo de consulta muy común es tener mucha dificultad para soltar al otro. Si tu pareja fallece son normales todos los rituales de despedida para el duelo y, de hecho, te encuentras acompañado en todo momento en dicha pérdida.

Cuando la pérdida no es por muerte sino por ruptura, no tenemos el mismo acompañamiento y esto no quiere decir que el dolor sea menor. Nos encontramos solos ante dicha pérdida, en el duelo afectivo, como es en este caso en el que muchas veces es mayor el dolor porque la otra persona está viva, haciendo su vida normal. No hay el mismo apoyo social.

Si tu pareja te ha dejado por otra persona la angustia es mucho mayor en la persona a la que dejan, dado que se acostumbra a pensar continuamente "en qué fallé, qué no hice bien o qué tiene la otra persona que no tenga yo".

La mayoría de las veces intentas luchar para no sea así y hay que tener en cuenta que cuando insistes al otro es un momento de pérdida de dignidad total; pero es la aceptación lo que realmente te hará que seas libre y estés en paz contigo mismo. Aun así, la aceptación tiene los últimos pasos.

Primeramente, se produce un estado depresivo con mucha pena y confusión y, seguidamente, está la rabia, la cual te hace pensar: ¿por qué me ha hecho esto?, ¿qué ha visto en el otro con todo lo que yo la he dado y ayudado que me deje?". Incluso personas que no han hecho nada por ellos mismos, que se han mantenido en la sombra de su pareja, suele haber comentarios del tipo: "con lo que yo me he sacrificado por esta persona". Después de la rabia, que requiere su tiempo, vendrá la tristeza.

No obstante, hay personas que se quedan estancadas en el enfado, una ira que les puede llegar a durar años. Estar todo el día hablando a los demás del ex, de lo que hace, de cómo es, de lo que le han dicho etc... no ayuda a pasar página. Es normal, eso sí, un tiempo en rabia, pero tiene que ser en tiempo limitado, porque si no la herida seguirá abierta y se quedará en la víctima. Hay que intentar no darle vueltas todo el día para que no se vuelva una obsesión, por lo que evitar el tema te ayudará. La tristeza viene después, cuando te sientes en el fondo con un dolor muy fuerte en el pecho.

Cuando la persona deja sin decir el por qué, de un día para otro, genera mucha ansiedad y se hace que nos quedemos en bucle pensando en qué le habrá pasado, por qué se ha querido ir, habré hecho algo malo... Todo el mundo tiene derecho a dejar si ya no está bien o ya no quiere a esa persona, pero para la otra persona es menos doloroso si le explican el por qué la han dejado. No hay garantías de eternidad en una pareja y menos ahora, ya que antes se mantenían muchas situaciones por aguantar, pues no estaba permitido el divorcio o la separación. Siempre hay que ver qué nos ha enseñado esta situación respecto a la relación.

Una de las cosas que más daño hace la maldita esperanza o, lo que es lo mismo, la ilusión de que regrese y se dé otra oportunidad. Cualquier gesto que hace el otro creemos que es algo para nosotros.

En esos momentos es ideal tener un amigo con el que no haya ningún tipo de atracción porque la tendencia de que un clavo saca a otro no funciona. Este amigo puede ser un cómplice para ayudar a que cuando te den ganas de escribirle  contactar con el otro, lo hagas con ese amigo.

Las etapas fundamentales suelen ser la de la depresión primeramente, seguidamente la ira, luego la de la culpa, la humillación, más tarde la desesperanza y la depresión mayor surge cuando tomas conciencia de que no va a ser. Esta última etapa dura un poco, pero la superas, el problema es cuando no sales y te quedas ahí, sería un duelo complicado.

Aunque parece mentira el duelo afectivo suele ser peor que el duelo físico. Como dice Walter Riso "al primero lo tienes en la UCI y al otr@ en el cementerio. Pero el que está en cuidados intensivos, puede resucitar, de ahí lo de la falsa esperanza y volver".

Es importante buscar ayuda sobre todo si ves que sigues enganchada en el duelo y en la falsa esperanza de que volverá.

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