Resucitado y Virgen de la Victoria en el Domingo de Resurrección de Ayamonte

No podía tener mejor colofón la Semana Santa de Ayamonte, que con la imagen del Resucitado y su Madre, la Santísima Virgen de la Victoria. Desde muy temprana hora ya se vieron las túnicas y capirotes correspondientes para acompañar a sus titulares por las calles de la localidad. Una vez acabada la eucaristía de las nueve de la mañana, comenzó a organizarse la salida, desde la Parroquia de las Angustias, de la Hermandad de Cristo Resucitado y María Santísima de la Victoria, la primera imagen, obra de Francisco Zamudio y la segunda, de Antonio Dubé.

A las 10:30 se puso en marcha todo el entramado religioso con la Cruz de Guía que dio paso a una buena cantidad de nazarenos, sobre todo jóvenes, con lo que se asegura para el futuro la salida de esta hermandad. Poco a poco la comitiva fue adentrándose en las principales calles céntricas de la ciudad, y ayudados por la gran temperatura reinante, el cortejo fue seguido por miles de ayamontinos, ya que la mayoría de los forasteros ya volvieron a sus lugares de orígenes, pero no le faltó a la hermandad, el apoyo y el acompañamiento de los lugareños, aunque algunos de ellos debido a la climatología quisieron disfrutar de unos días de playa, lo que no se notó en demasía, donde se notó más fue en el número de comensales en restaurantes y bares, que bajaron algo sus ventas en comparación con los días precederos.

Se llego a la Tribuna Oficial con un cuarto de hora de retraso debido a que hubo momentos de incertidumbres con algunas de las velas de la Virgen de la Victoria, que enseguida fue resuelta. De todas las maneras, fue digno de mención su paso por la Tribuna Oficial, lugar donde el lucimiento se hace extensivo a todas las cofradías, dada la belleza del lugar, pero especialmente del paso de Cristo Resucitado, acompañado de la agrupación ayamontina Cristo de la Buena Muerte, con un continuo vaivén con varios pasos hacia atrás, otros hacia adelante a los sones maravillosos de la agrupación, que mantuvo el trabajo de los costaleros durante los ciento cincuenta metros de largo del Paseo de la Ribera, sin hacer ni una sola parada.

La agrupación musical, con sus mas de cincuenta integrantes, tocó la marcha Cristo de las Aguas, del autor ayamontino, Juan Carlos Cañada, y todos los presentes en el Paseo le dedicaron un fortísimo aplauso a los costaleros, sus capataces, Carmelo Cabaco y Aarón Rodríguez, y a la banda de música. Fue una mañana inolvidable con el paso de la Virgen Nuestra Señora de la Victoria.

Sobre las dos de la tarde, y con una temperatura ya bastante elevada, entró en la Parroquia de la Patrona de la localidad la Cruz de Guía seguida de los dos protagonistas de la mañana, Jesús Resucitado y Su Madre en la advocación de la Victoria. Con esta hermandad, se pone punto y final a esta Semana Mayor ayamontina, que ha estado llena de emotividad, afluencia de público y organización en general.