Muchas emociones distintas para la noche del Lunes Santo
El pregonero iba de fiscal de hora y el capataz general es el presidente del Consejo.
LA mañana del Lunes Santo se abrió este año con la ilusión de todos los años, aunque matizada por el recuerdo. Un recuerdo de alguien que hasta hace muy poco estaba preocupado por su Hermandad del Calvario, como lo venía haciendo desde su fundación. Luego siguió en la junta de gobierno, con los primeros hermanos costaleros de su hermandad y de Huelva. El día era de necesaria mención y la junta de gobierno de Estéfano Molíns le dedicó la primera levantá en homenaje póstumo a Francisco Baena Domínguez. Su viuda, Lourdes Sánchez Oliveira, fue la que se acercó hasta el paso del palio de María Santísima del Rocío y Esperanza para hacer esa llamada emocionada.
En la del Señor del Calvario la realizó el médico Antonio López Jiménez. Este año, además, se daba un hecho muy significativo como era que Antonio González García, capataz general del Calvario, no estaba al frente de los pasos en el tiempo de su estación de penitencia. El compromiso con todas las hermandades de la Semana Santa de Huelva le llevó a ejercer de presidente del Consejo de Hermandades, para estar pendiente de cualquier eventualidad del día. La amenaza de lluvia volvió a estar presente el Lunes Santo, con lo que la decisión tomada hace meses se veía justificada en la jornada de ayer.
Todo quedó preparado para que la cofradía saliera a la calle a las 21:00 y cumpliera el compromiso de los esfuerzos horarios del Lunes Santo para evitar los dichosos laudos de años anteriores y de muy triste recuerdo en esta hermandad, en particular. El compromiso se cumplió y la cruz de guía estaba a su hora en la carrera oficial. Además, tuvo que esperar los cerca de diez minutos de retraso de toda la jornada por los reajustes horarios debido a la amenaza de lluvia que conllevó algunos retrazos.
Allí, reloj en mano, el pregonero de la Semana Santa, Jesús Vieira. Bajo su túnica marrón franciscano marcaba la entrada de la cofradía como fiscal de hora. Un pregonero que no sólo hizo vibrar a toda Huelva, sino muy especialmente a los hermanos calvaristas.
La cofradía fue avanzando hacia la carrera oficial con el aroma a azahar de los naranjos de la calle Jesús Nazareno. Marcando la belleza de una jornada de silencio donde sólo se escucha la música de capilla y las saetas, como el Padrenuestro cantado a la salida. El palio de la Virgen del Rocío y Esperanza andaba con toda su elegancia, exornado con flores blancas por el florista Antonio Rivera.
Luego se vivió otro momento de emoción, como fue cuando los pasos de la Cofradía del Calvario llegaban al palquillo del Consejo de Hermandades, donde se encontraba su capataz general y presidente de Consejo, Antonio González García, pendiente de que se cumplieran todos los horarios con un buen discurrir de todas las cofradías. La de ayer fue una jornada de esfuerzos a la que también contribuyó la Hermandad del Calvario.
No hay comentarios