"Viva San Benito, el patrón de El Cerro de Andévalo": así comienza la romería más antigua de Huelva

Con un "Viva San Benito" por el cura-párroco del municipio, Sergio Bastida Romero, comenzaba este sábado la Romería de El Cerro de Andévalo, que se celebrará hasta el 5 de mayo y que está considerada como la más antigua de la provincia de Huelva.

Este es el día en el que los romeros parten hacia el santuario desde la Plaza de España, tras la entrega del Estandarte de la hermandad al Prioste. Pasadas las 11:30 llegaba la tradicional recogida de los mayordomos y salida de la comitiva.

Un momento que dejaba imágenes únicas donde la tradición volvía a conquistar las calles con la singularidad de los trajes típicos de la localidad: los del mayordomo y jamuguera.

El traje del mayordomo lleva dos bandas de terciopelo cruzadas sobre el pecho, bordada en hilo de plata la azul y en oro la roja. La Mayordoma y Jamuguera, medias de cuchillas, guardabajo adamascado, moa, camisa blanca, corpiño, monillo de terciopelo, sombrero de plumas, toca de tul bordada, enagua de perfilado.

Entre sus joyas destacan: la cruz de chorro, el galápago, los agnus, los rosarios, pulseras de corales, el corazón o el mundo.

Alrededor de las 20:00 de la tarde la comitiva pasará por los Montes de San Benito y alrededor de las 21:15 será la llegada a la ermita, donde, a partir de las 23:30, se celebrará el tercer día de Triduo, con el rezo del Santo Rosario en el Santuario, seguido del canto del Santo Dios por el Prioste de la Hermandad.

Será a la llegada a la zona de romería cuando tenga lugar uno de los bailes más curiosos y señeros de la provincia: el de los lanzaores, ataviados con pantalón negro y botones de plata, camisa blanca, chaleco estampado y una banda de tela o raso bordada en rojo o verde.

Reseña histórica de la romería

Hay constancia documental de existencia de la ermita desde 1435, aunque la Hermandad no se constituye hasta el año 1594. Es una de las romerías más antiguas de la provincia y se celebra el primer domingo de Mayo. Comienza el sábado a mediodía con una peregrinación de más de “dos leguas” hasta la ermita, donde destacan la belleza de sus trajes tradicionales, el paisaje, y donde los romeros recorren el camino entre cantes, bailes, celebrando la fe en comunidad, y regresando el lunes al atardecer. Previamente hay otros actos como el Jueves de Lucimiento o de Faltas (primera vez que la mayordomía viste de gala al completo), el viernes de veneración de la Reliquia y posteriormente, el miércoles y jueves de reparto del dulce de membrillo y vino de pasas a toda la población.