En la mañana de ayer un pescador que suele frecuentar las aguas del Guadiana encontró flotando el cuerpo sin vida del holandés de 72 años desaparecido el pasado 21 de noviembre entre Alcoutim y Sanlúcar. Como avanzó ayer en primicia en su edición digital Huelva Información, el hallazgo se produjo en torno a las 10:00 a un kilómetro río abajo desde ambas localidades, cerca de lo que se conoce como la Ribera Grande.

Fuentes cercanas al caso precisaron estos datos, confirmados también por el propio alcalde de Sanlúcar del Guadiana, José Pérez, quien añadió que los investigadores esperaban que con el reciente temporal el cuerpo sin vida del hombre saliera a flote. La predicción de los expertos se ha cumplido y proporciona cierto alivio a su familia, pues la trágica incógnita sobre su ubicación ya se ha despejado y podrán darle sepultura.

Tras el rescate de los restos mortales, el levantamiento del cadáver se llevó a cabo a mediodía de ayer. El cuerpo sin vida de este septuagenario, quien residía en un velero en mitad del río, fue trasladado a Portugal para que los forenses le realizaran la autopsia.

La barca auxiliar estaba volteada y se localizó su anorak en el agua tras la desaparición

Como mantienen los propios investigadores, todo apunta a que el fallecimiento del anciano holandés pudo sobrevenirle por ahogamiento y que se produjo de forma accidental, puesto que en la jornada de la desaparición se localizó la embarcación auxiliar que se usa para llegar a tierra volteada, y "en la cubierta de su barco había una bolsa con comestibles que había comprado la noche anterior y que estaba intacta", recuerda Pérez a este diario.

Además, horas después de denunciarse que se le había perdido la pista se encontró -río arriba- el anorak que la víctima llevaba puesto. Estaba flotando en las aguas del Guadiana, lo que señalaba directamente al río como el lugar de la desaparición.

El alcalde sanluqueño lamentó ayer el fallecimiento de este hombre. "Es una pena", manifestó a este diario. El fallecido estaba "muy integrado" y era "muy conocido" entre la comunidad extranjera de la zona. Tanto es así que hace aproximadamente 15 días su propia hija vino de Holanda para participar en el homenaje que amigos y vecinos le brindaron en el muelle de Alcoutim.

Este acto, en el que también estuvo presente el regidor municipal de Sanlúcar, fue muy emotivo y en él los que conocieron a la víctima de este fatal accidente "recordaron las vivencias que habían tenido con él, tocaron piezas musicales, otros cantaron", y soltaron en mitad del río la maqueta de un barquito de cañas al que se le prendió fuego en su memoria.

Sus amigos le hicieron un homenaje hace dos semanas, un acto en el que estuvo su hija

Pese a que desapareció en aguas portuguesas, tanto la Armada española como Salvamento Marítimo se implicaron en su búsqueda, coordinada entre los dos países por tierra, mar y aire. La Guardia Nacional Republicana (GNR) portuguesa ha sido la encargada de llevar las riendas de la investigación.

La última vez que se vio a este hombre con vida fue en la madrugada del miércoles 21 de noviembre. Entonces se encontraba en la localidad lusa de Alcoutim y, sobre la 01:00 se marchó para su barco. Cuando un vecino de la zona encontró a la mañana siguiente la bolsa con comida en la cubierta de su velero y la barquilla auxiliar dada la vuelta se temió lo peor.

Este llamó al barco de forma insistente, pero el holandés no respondía. Así que contactó con las autoridades de Portugal (aguas en las que en ese momento estaba fondeado el barco de la víctima) e interpuso la denuncia. Poco después se iniciaba una búsqueda que llegó ayer a su fin con el resultado más nefasto.