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El juez encausa a un adolescente por abusar de una chica en Isla Canela

  • La acusación particular va a solicitar tres años de prisión para D.M.M. por un delito de abuso sexual fraudulento

El titular del Juzgado de Instrucción 5 de Ayamonte ha hallado indicios racionales de criminalidad en la actuación de D.M.M., un adolescente sevillano de 18 años al que le imputa un delito de abusos sexuales por atentar presuntamente contra una joven de 19 años que pertenecía a su pandilla veraniega del núcleo costero ayamontino de Isla Canela.

Huelva Información ha tenido acceso al auto de procedimiento abreviado, en el que consta que, tras el análisis de las actuaciones y declaraciones practicadas, se presume que el encausado -conocido de la víctima porque veraneaban en la misma zona- la acompañó a su casa en torno a las 3:00 del pasado 8 de julio, cuando se quedaron solos después de participar en una fiesta de amigos desde la tarde-noche precedente.

La asociación Clara Campoamor estudia su personación como acusación popular"El 'no es no' debe calar en la sociedad, no se pueden normalizar estas situaciones"

Víctima y presunto agresor se habían conocido en Isla Canela en el verano de 2016, aunque este verano no habían tenido contacto más allá del día de autos. Entre ambos la relación era de conocidos y no de pareja.

Cuando se hallaban en "una zona solitaria", conocida como "Las tablas", de la urbanización Las Dunas, D.M.M. "comenzó a hablarle a la víctima sobre que tenía el pene dolorido por rozamiento después de haber corrido", se expone en el auto judicial.

Entonces, él, "presuntamente, extrajo su pene y le pidió que se lo cogiera, a la vez que le agarraba la mano sin consentimiento de la denunciante; ella la retiró y D.M.M. volvió a intentarlo". El escrito prosigue con el relato de los supuestos hechos señalando que el adolescente la cogió en ese momento "en volandas" y emprendió la marcha hacia la playa. Al llegar a una zona de dunas, "la tumbó y él se tumbó junto a ella". En ese momento, se evidencia en el auto, "volvió a extraer el miembro y a agarrarle la mano para que le masturbara".

La joven se negó "hasta en tres o cuatro ocasiones" a acceder a las pretensiones del investigado. Él perseveró. A horcajadas sobre ella, le intentó "acercar el pene a la cara con el argumento de que la tenía fría", como si de ese modo fuera a aliviarle el supuesto escozor que sentía.

La chica se negó de nuevo. D.M.M. cambió de estrategia en ese momento e "intentó que le masturbara". En ese punto, el imputado llegó a "intentar introducir el pene en la boca" de la víctima, mientras ella "se negaba quitando la cara y cerrando la boca, a la vez que le manifestaba expresamente que no se la quería chupar". Cuando ella le dio la espalda, este "terminó de masturbarse" y, según cree la adolescente, "eyaculó". En ese momento iniciaron el camino de vuelta a casa.

Patricia Catalina López, letrada del prestigioso despacho madrileño (con sede en Huelva) Castellana 266, ejerce la acusación particular. Tanto ella como la Fiscalía y la defensa tienen un plazo de diez días para formular sus escritos de calificación. La abogada avanza a este diario que solicitará una pena de tres años de prisión para D.M.M. por "abuso sexual fraudulento, que añade el supuesto de engaño con posición de confianza".

La jurista, quien además es delegada en Andalucía de la asociación Clara Campoamor, precisa a este rotativo que el colectivo presidido por Blanca Estrella Ruiz está "estudiando personarse en la causa" como acusación popular.

Desde su prisma, el paso que ha dado la víctima de presentar la denuncia que ha dado lugar al procedimiento en el Juzgado de Instrucción 2 de Ayamonte es "fundamental para visibilizar este tipo de abusos; ha sido muy valiente, un ejemplo para todas nosotras y para todas las víctimas, que se tienen que atrever a denunciar".

Catalina entiende que el mensaje del "no es no debe calar en la sociedad y no se pueden normalizar situaciones de esta índole". Su patrocinada lo está "pasando muy mal y está recibiendo atención psicológica". Aunque la experta penalista solicitó una orden de alejamiento para la víctima, la medida fue denegada: "No hemos peleado más por ella porque mi representada vive en el País Vasco y el presunto agresor, en Sevilla". El asunto acabará en un juzgado de lo Penal de Huelva.

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