El Rompido

El número de denuncias por el cotillón que no se celebró se duplican

  • Unos 300 jóvenes de distintos puntos de la provincia llegaron a pagar entre 35 y 400 euros

Uno de los anuncios por las redes sociales para publicitar la fiesta.

Uno de los anuncios por las redes sociales para publicitar la fiesta. / H.I. (Huelva)

Las denuncias por la presunta estafa del cotillón de fin de año anunciado y programado para la noche de Nochevieja en un conocido salón de celebraciones de El Rompido, que nunca llegó a celebrarse y por el que se sospecha que unos 300 jóvenes de distintos puntos de la provincia llegaron a pagar entre 35 y 400 euros, se han doblado en las últimas semanas y han pasado de las veinte iniciales, a un total de cuarenta.Así lo indicaron a Huelva Información fuentes de la Guardia Civil de Huelva, que precisaron que con motivo de esta presunta estafa hay una investigación abierta, así como se ha instruido un único atestado donde están siendo agrupadas todas las denuncias. Las cuales según ha podido también saber este periódico están siendo interpuestas en distintos puestos de la Benemérita de la provincia, aunque especialmente en los de Cartaya y El Rompido, así como en la Comisaría de la Policía Nacional de la capital provincial.

Según adelantó este rotativo el pasado día 2 de enero, la presunta estafa se fraguó a raíz de los numerosos mensajes publicitarios que durante el mes de diciembre pasado se publicaron en la red social Instagram anunciando una fiesta en la que los asistentes pasarían “la noche más mágica del año rodeado de tus amigos. De barra libre. De buena música. O de unas vistas impresionantes”.

El emplazamiento anunciado para la celebración de dicha fiesta era el restaurante El Bosque, a orillas del río Piedras y muy cerca de El Rompido. Como podía leerse en los mensajes, “un lugar de fábula entre Cartaya y Punta Umbría rodeado de mar y vegetación. Un paraje ideal para despedir 2019. No te lo pienses”.Pero nada más alejado de la realidad ya que el anunciado cotillón nunca llegó a celebrarse, y cientos de jóvenes de distintos puntos de la provincia se quedaron sin su “noche más mágica” y, por el momento, sin el dinero que pagaron para ello. Entre 35 y 400 euros según hubiesen optado, o no, por el servicio de autobús que la organización fletaría para llevarlos y traerlos de la misma, o por la zona vip.

Algunos de los jóvenes afectados consultados por Huelva Información aseguraron que se trató de una “estafa” y así lo empezaron a denunciar ante la Guardia Civil.En una de las denuncias, a la que tuvo acceso este periódico, el joven denunciante, natural y vecino de Cartaya, afirma haber sido objeto de una “estafa” en la compra de unas entradas para un cotillón de Nochevieja que se iba a celebrar en El Bosque, del cual tuvo conocimiento a través de la red social Instagram.

Igualmente alega que adquirió una entrada por 35 euros, además de pagar otros 5 euros por el autobús, a través de la aplicación Bizum asociada al número de teléfono de una persona la cual, consultada igualmente por este rotativo, indicó haber interpuesto también denuncia como afectado ya que él y otros jóvenes fueron “contratados” como “relaciones públicas” para vender entradas. Preguntado por el destino del dinero aseguró que se le iba entregando a una “intermediaria” que se lo daba al “promotor” de la fiesta. Este periódico ha tratado en repetidas ocasiones de ponerse en contacto tanto con la “intermediaria”, como con el “promotor” del evento, encontrándose ambos teléfonos apagados.

Tanto el vendedor de entradas consultado, como los jóvenes afectados a los que preguntó este rotativo, afirmaron que podrían haber sido engañados “unos 300 jóvenes de Cartaya, Lepe, Punta Umbría, Aljaraque, Huelva y otros puntos de la provincia”.Por su parte el propietario de El Bosque, que también fue preguntado por Huelva Información, aseguró que hace “así como un mes”, una empresa le pidió alquilar su restaurante para una fiesta de fin de año, a lo cual accedió por tenerlo libre esa noche.

Dicho empresario cartayero, que ha puesto el tema en manos de su abogado porque “han usado el nombre de mi restaurante”, explicó que “hicimos un contrato donde se estipuló que 15 días antes de la fiesta me abonaría el 50% de lo acordado, y antes de la misma el resto”. No obstante, prosiguió, “hace dos semanas quedamos para el primer pago y no se presentó nadie, ni nadie atendió el teléfono los días posteriores, por lo que supuse que todo había terminado, hasta que el día 30 me enteré que al parecer las entradas se habían seguido vendiendo hasta el día 29 de diciembre”.

El responsable de la empresa de sonido contratada por el promotor para la fiesta indicó también por su parte, que tras quedar en El Bosque el día 30 a las 13:00 para empezar el montaje del equipo “nadie se presentó, y nadie atendió mis llamadas”.

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