Los coquineros a pie han mostrado su extrañeza por el cierre (ayer) de todas las zonas de marisqueo del caladero de Huelva por la presencia de la toxina DSP.

El presidente de la Asociación de Mariscadores Nueva Umbría, Emilio Jaldón, ha asegurado que lo mariscadores no entienden cómo puede estar cerrado todo el caladero por biotoxina con las aguas del litoral frías y limpias, y por tanto en unas condiciones no aptas para que prolifere la microalga. Algunas zonas, como la de Canela, llevan cerradas casi dos semanas.

Jaldón afirma que después de levantarse la veda de un mes, el pasado 24 de septiembre, apenas han podido mariscar quince días lo que supone un gran perjuicio para sus economías. Inicialmente, la parada biológica estaba establecida para un período de dos meses seguidos, en concreto en mayo y junio, pero fue modificada y se fijó para este año entre el 1 y el 31 de mayo y entre el 24 de agosto y el 23 de septiembre.

Durante la veda, numerosos mariscadores han desafiado a la Junta y han salido a diario a faenar a pesar de la prohibición por una “cuestión supervivencia”.

Los coquineros aseguran que las aguas están frías y limpias por lo que no puede proliferar la toxina DSP

Según el presidente de Nueva Umbría, los coquineros están “hartos de las arbitrariedades” de la administración pesquera y creen que les “toma el pelo”.

De nuevo, algunos de ellos han decidido seguir mariscando a pesar de la prohibición, si bien la mayoría de ellos son furtivos y no cuentan con carné, por lo que están cometiendo una doble infracción.

Jaldón insiste en la necesidad de conceder todas las licencias que se han demandado (182) para regularizar la actividad y acabar con el furtivismo que ha proliferado por la imposibilidad de hacer frente a los costes que conlleva salir a diario a faenar la coquina, debido a la pérdida de jornales por la parada forzosa de dos meses y el cierre intermitente de las distintas áreas del caladero.

La Asociación de Mariscadores Nueva Umbría es partidaria de que se concedan todas las licencias solicitadas y al mismo tiempo reducir la tara (en la actualidad 25 kilos al día por persona) para que “todo el mundo pueda faenar”. También subir la talla de la coquina hasta los 30 milímetros para que el marisco adquiera más valor en el mercado.

Los mariscadores dicen estar “harto” de las “arbitrariedades” de la administración de pesca

Los mariscadores tampoco entienden que esté cerrada la coquina por DSP y no la chirla cuando las zonas de captura lindan. “En una zona hay toxina y cien metros más allá no, y sin ninguna barrera física. Es incomprensible”, puntualiza Jaldón.

En este contexto, temen que si se produce en los próximos días la apertura de alguna zona de la parte occidental del litoral, ésta se vea saturada de mariscadores, ya que a la misma podrán acudir también los que faenan en Doñana.

Nueva Umbría reitera los agravios comparativos que sufren, ya que no se les permite mariscar en la reserva natural, donde se concentra gran parte de la cría y engorde y, sin embargo, los coquineros del Espacio Protegido sí pueden mariscar en toda la costa onubense.

Los coquineros de la zona occidental continúan aún a la espera de conocer con exactitud cuándo podrá acceder a las zonas restringidas de Doñana en las que solo pueden faenar los de Almonte, Hinojos, Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), Villamanrique, Pilas y Carrión (Sevilla).

El marisqueo a pie es una actividad profesional sometida a regulación y cuyo ejercicio requiere la obtención de un carné. El caladero de la coquina se divide en ocho zonas o áreas: Isla Canela, Barra del Terrón, Desembocadura del Piedras, Punta Umbría, Mazagón, Matalascañas, Doñana norte y Doñana sur.