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El buitre negro marca en 2015 su mejor registro en Sierra Pelada

  • Un total de 105 parejas de la colonia onubense, diez más que el año anterior, logran nidificar

El buitre negro renace en Sierra Pelada. La colonia onubense registró en 2015 el mayor número de parejas nidificantes de esta especie desde que se recopila información. En total fueron 105, diez más que el año anterior, en el que se había producido un retroceso del 6%. Con todo, a pesar de las buenas perspectivas que se abren, el aumento poblacional que se ha dado en los últimos años es el más bajo entre las grandes colonias españolas, lo que mantiene a la provincia de Huelva como la zona de cría del buitre negro más amenazada de Europa.

Los datos forman parte del informe que prepara cada año el Proyecto Buitre Negro, de las organizaciones ecologistas Fundación Bios y Ándalus, con la Junta de Andalucía sobre el censo de esta especie en la provincia onubense. En el mismo se destaca el incremento del 10,5% respecto al balance de 2014, y por encima de los censos de 2010 y 2013, que marcaron máximos de 101 parejas nidificantes.

Este aumento, no obstante, contrasta con la creciente inestabilidad de la colonia, ya que el 23% de las parejas censadas (24) construyeron nidos nuevos. Por esta causa, muchos de los nidos usados el año anterior quedaron sin ocupar, a pesar de que esta especie, cuando no sufre perturbaciones, los reutiliza durante décadas. El refrendo de la inestabilidad lo da el hecho de que estas parejas eran ya veteranas en la colonia, con un éxito reproductivo del 75%, que supera al registrado en los nidos ya existentes, del 65%.

Desde el Proyecto Buitre Negro se insiste en la amenaza que sigue pendiendo sobre esta especie en Sierra Pelada, debido a la significativa mortalidad de los últimos años a causa de los venenos y al estado del hábitat de nidificación, que sigue siendo, subrayan, el más deteriorado de Europa.

Durante el pasado año se registraron varios casos de muertes que apuntan a un envenenamiento. El 30 de abril se constató esta causa en una pareja que fue encontrada muerta en su nido. Las necropsias practicadas a los dos buitres negros dieron positivo por malatión, un organofosforado legal como producto plaguicida que produce inhibición de la enzima colinesterasa y cuyos síntomas son escalofríos, temblores musculares, convulsiones y parada cardiorrespiratoria, que termina produciendo la muerte.

Los ecologistas denuncian el manejo "muchas veces inadecuado" de las explotaciones forestales y las repoblaciones de eucaliptos y pinos que se llevan a cabo en miles de hectáreas, en su mayor parte en Sierra Pelada. Esto, aseguran, supone un daño al hábitat de nidificación, lo que obliga a demandar a la Consejería de Medio Ambiente planes adecuados para su recuperación.

El fracaso reproductivo del buitre negro en la colonia onubense alcanzó en 2015 el 32,4%: 34 de las 105 parejas nidificantes perdieron su único huevo o pollo. El 26% de estos fracasos se produjo por derrumbe del nido por causas naturales, molestias de origen humano, veneno o muerte de un adulto por causa indeterminada. El restante 74% de los fracasos del pasado año se debió a causas desconocidas, entre las que se pueden enumerar episodios de envenenamiento y de incidencia humana no detectada, huevos hueros o infertilidad de la pareja, entre otros motivos.

La mayoría de los fracasos reproductivos se volvieron a concentrar en los meses de abril y mayo, por lo que desde el Proyecto Buitre Negro se reitera la petición de que se redoblen esfuerzos de preservación en este bimestre.

El éxito reproductivo en 2015 de nuevo estuvo condicionado por el tipo de hábitat y la incidencia humana en distintas zonas de Sierra Pelada, ya que Sierra de las Contiendas, por séptimo año consecutivo, no acogió ninguna pareja de la especie. En Solana de Sierra Pelada, un extenso territorio propiedad de la Junta, tres montes acogieron 22 parejas nidificantes, mientras que en los otros dos sólo se establecieron dos parejas y voló únicamente un pollo, debido a que en ellos se han construido muchas pistas forestales y se ha eliminado mucha vegetación.

La colonia de Sierra Pelada se extiende por Aroche -donde también se ubica la Sierra de las Contiendas-, Cortegana, Rosal de la Frontera y Almonaster la Real, a los que se añaden, en menor medida, los términos andevaleños de Cabezas Rubias y Santa Bárbara de Casa. En los últimos 15 años, el incremento medio anual de la población nidificante es del 2%, el más bajo en España.

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