El acoso frente a Huelva de tres narcolanchas a una patrullera de Aduanas evita la interceptación de una de ellas cargada de droga

La tensión volvió a vivirse en la tarde de este viernes en las aguas del Golfo de Cádiz, en esta ocasión frente a Huelva capital. A unas diez millas náuticas de tierra firme, los tripulantes de una patrullera de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera (DAVA) vivieron un episodio de alto riesgo cuando tres potentes narcolanchas acosaron a dicha embarcación oficial para impedir la interceptación de otra que, según todas las sospechas, podría ir cargada de droga.

La patrullera Fénix, una semirrígida de menor porte y potencia que las embarcaciones utilizadas por los narcotraficantes, mantenía la persecución de una lancha sobre la que todo apuntaba a que transportaba algún tipo de sustancia estupefaciente, cuando otras dos narcolanchas irrumpieron en la zona. El objetivo era claro: proteger la huida de la embarcación sospechosa y obstaculizar la actuación de los agentes.

Persecución y acoso en alta mar

Durante varios minutos, el mar se convirtió en un escenario de auténtico riesgo. Las dos lanchas de apoyo de los narcos comenzaron a realizar maniobras intimidatorias y de acoso contra la patrullera, acercándose peligrosamente y cortando su rumbo. Ante la situación límite, y viendo peligrar su integridad física, los agentes de Aduanas se vieron obligados a hacer uso de sus armas reglamentarias con carácter disuasorio, con el objeto de intentar repeler el hostigamiento.

Según fuentes conocedoras del operativo, la patrullera Fénix se encontraba en clara desventaja técnica frente a las narcolanchas, que alcanzan velocidades superiores y poseen cascos reforzados para la carga y transporte de fardos de droga. Pese a la profesionalidad y la determinación de los agentes, los narcotraficantes lograron finalmente su objetivo: huir y evitar la intervención.

Falta de medios en Huelva

El incidente ha vuelto a poner sobre la mesa las carencias con las que trabajan los funcionarios de la DAVA en la provincia de Huelva, una queja que el cuerpo viene reiterando desde hace tiempo. Las patrulleras asignadas al litoral onubense para la interceptación de narcolanchas son embarcaciones ligeras, semirrígidas y con limitada potencia, muy por debajo de las que emplean las redes criminales.

Mientras tanto, otros puertos y bases de la DAVA en el país sí han recibido en los últimos años nuevas embarcaciones construidas por el astillero Rodman, más robustas, rápidas y con cascos de aluminio. Sin embargo, de las ocho últimas incorporadas al Servicio, ninguna ha sido destinada a Huelva, lo que ha generado malestar y sensación de abandono entre los funcionarios.

"Seguimos siendo la provincia olvidada", lamentan fuentes del cuerpo consultadas por esta redacción, que insisten en la necesidad de modernizar la flota y reforzar la presencia operativa en el litoral onubense, un enclave cada vez más utilizado por las redes de narcotráfico como ruta alternativa al saturado Estrecho de Gibraltar.

Un corredor cada vez más activo

La costa de Huelva se ha consolidado en los últimos años como una zona de creciente actividad para el tráfico de drogas procedente del norte de África, aprovechando la amplitud del litoral, la escasez de medios de vigilancia y su cercanía a Portugal.

El episodio de este viernes no es un hecho aislado, sino una muestra más de la presión creciente que soportan las fuerzas de seguridad en la zona.

Esta actuación de los agentes de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera, que evitaron este viernes un desenlace trágico pese a la desigualdad de medios, vuelve a poner de relieve una vez más el compromiso y la profesionalidad de quienes combaten el narcotráfico en uno de los puntos más calientes del litoral español. Todo ello, a pesar de que en esta ocasión no lograron interceptar la narcolancha supuestamente cargada de droga.