Turismo en El Rompido: de los faros a las visitas multilingües

Dos jóvenes abren la primera oficina de información turística con guías profesionales El barrilete se convierte en su seña de identidad

Una de las actividades organizadas por la oficina de turismo.
Una de las actividades organizadas por la oficina de turismo.
Dani Gómez El Rompido

16 de junio 2013 - 05:01

El Rompido, uno de los enclaves turísticos más importantes del litoral onubense, tradicionalmente se ha apoyado para su promoción en la costumbrista estampa de sus dos faros: el faro viejo, ya en desuso desde hace años y, justo al lado, el nuevo, encargado en la actualidad de guiar a los marinos que de noche navegan por esta parte de la costa de Huelva. Es raro entrar en cualquier establecimiento hostelero de este pequeño núcleo de población y no ver alguna fotografía o un cuadro con estas dos atalayas como protagonistas.

Pero los tiempos cambian, al menos para los dos jóvenes emprendedores locales que este verano se han aventurado a poner en marcha la primera oficina de información turística de El Rompido. Sin renunciar al importante icono en que se han convertido ambos edificios, han decidido aliarse con otra de sus señas de identidad: el barrilete.

Una curiosa especie de cangrejo marino semiterrestre del género de los crustáceos decápodos y de la familia Ocypodidae, conocidos vulgarmente como cangrejos violinistas. Es, sin duda, uno de los principales protagonistas de la zona. Según recuerdan los promotores de la idea, Manuel Custodio Burgos y Juan Mario Gómez Trastallino, "ya tenemos al camaleón como mascota o icono para identificar a toda la Costa de la Luz, y ahora al barrilete para la zona de El Rompido y la desembocadura del Piedras".

Para ello han caricaturizado al simpático violinista y lo han estampado en todo tipo de material promocional, souvenirs y prendas de vestir, siendo además la primera vez que El Rompido ofrece al visitante objetos específicos de recuerdo que llevarse a sus ciudades o países de origen. "Sin duda -afirma Juan Mario- el simpático barrilete de El Rompido va a viajar este verano a cientos de ciudades y pueblos, tanto españoles, como de Francia, Alemania o los países nórdicos, de los que proceden la mayoría de turistas que nos visitan".

La oficina de turismo abierta hace sólo unos días por Manuel y Juan Mario, de 34 y 35 años y licenciados en Turismo y Psicología, respectivamente, es en cierto modo producto de la crisis. Y es que mientras en el caso de Manuel, un confeso enamorado de su Rompido natal, siempre ha tenido claro que su futuro pasaba por dedicarse a esta actividad en su pueblo, que es lo que está haciendo con la iniciativa; Juan Mario, de Cartaya, admite que nunca se imaginó, tras terminar sus estudios y ejercer varios años como orientador laboral, que acabaría dedicándose al turismo. No obstante, asegura, "lo que siempre he tenido muy claro es que quería trabajar para mí mismo, y con esta iniciativa hago realidad mi deseo". Ambos coinciden por otra parte en señalar que los tiempos de crisis, lo son también de oportunidades, y en ello están, en aprovecharlo con una iniciativa novedosa.

Una vez decidieron lanzarse a la piscina, han querido hacerlo bien, poniendo para ello en marcha un nuevo concepto de turismo, nunca visto en la zona: lo aglutinan todo y, desde información turística, ofrecen al visitante la posibilidad de acceder y contratar a través de su oficina de información turística todos los recursos de ocio con los que cuenta la zona.

De esta forma, paseos en barco, travesías en ferry, rutas en bicicleta, venta de moda y complementos con importantes descuentos, comida y copas en bares, restaurantes y pubs de El Rompido, también con interesantes reducciones de precio; golf, quads, karts, paseos a caballo, diversión en parque acuático, observación de puestas de sol desde los faros o desde una embarcación, baños en alta mar... Ofrecen un sinfín de posibilidades, para lo cual han creado una tupida red empresarial llegando a acuerdos con todos los empresarios de la zona.

Pero sin duda, para ellos, uno de los servicios estrella es mostrar al visitante El Rompido "de forma distinta y como nunca se había hecho": con la ayuda de un guía profesional multilingüe, que además de mostrar al turista el rico patrimonio de este pequeño núcleo de población, incluida la vieja almadraba de Nueva Umbría, enclavada en la Flecha de El Rompido, también se encarga de que nadie se vaya sin conocer la curiosa historia y tradiciones del pueblo y, por supuesto, sin probar alguna de las delicias culinarias que lo han hecho famoso. "Hemos introducido un nuevo concepto de hacer turismo en El Rompido", más allá del tradicional sol y playa, concluyen.

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