El Rocío se viste de pasión
El obispo José Vilaplana inaugura la exposición sobre la presencia de la Señora de Almonte en la Semana Santa de Andalucía · La joya de la colección es el paso de palio de La Redención de Sevilla
Es un axioma afirmar que el fervor rociero traspasa fronteras, aunque quizá no lo es tanto que esta devoción está ligada de forma tan concisa y explícita en el sentir de las cofradías andaluzas. La exposición La advocación del Rocío en la Semana Santa de Andalucía así lo atestigua y pone de relieve.
La muestra fue inaugurada ayer oficialmente por el obispo de Huelva, José Vilaplana, quien acompañado por el presidente de la Matriz, Juan Ignacio Reales, conoció en primera persona las más de 40 piezas, procedentes de 32 hermandades de las provincias de Huelva, Sevilla, Córdoba, Cádiz, Málaga y Granada, que reúnen por primera vez esta constelación de iconos e imágenes de la devoción a la Blanca Paloma en la Semana Mayor de Andalucía. Hasta el 27 de enero estarán en el Ciecema de Almonte.
La iniciativa se enmarca dentro de la programación especial que viene desarrollando la Matriz con motivo de la designación de Año Jubilar Mariano concedido por el Papa Benedicto XVI. Grafievent es la empresa encargada de la exposición que ha confiado la gestión de comisario a Antonio Lebrero, responsable durante seis ediciones en la Muestra de Arte Cofrade de Sevilla (Munarco)
Juan Antonio Alonso, miembro de la organización, explicó que la presencia de la Virgen del Rocío se encuentra presente en multitud de detalles ornamentales de los pasos, varas, respiraderos o palio de las más afamadas cofradías de nuestra tierra y que constatan "el fervor y la devoción que despierta El Rocío".
Más allá del contenido religioso, evangelizador y de hondo fervor devocional, la Semana Santa representa la mayor exposición artística de nuestro tiempo, donde todos los tesoros y reliquias de las hermandades son mostrados al gran público durante la celebración de la pasión de Jesucristo. Sobre el tapiz urbano se dan cita obras de escultores e imagineros, trabajos de brillante factura de orfebrería, así como mantos, palios y bordados que representan el culmen artístico de infinidad de profesionales.
La muestra almonteña ha logrado condensar en cerca de 450 metros cuadrados algunos de estos trabajos, todos ellos bajo un mismo denominador común: el protagonismo de María en su advocación del Rocío.
En esta cita, Huelva deja su impronta con la presencia de seis enseres, de la Vera Cruz de Moguer, con el techo de palio de la Virgen de la Paz; o Almonte con el respiradero del Gran Poder. Por su parte, de la capital llegan piezas de la cofradía del Nazareno, La Lanzada, La Borriquita y Sagrada Cena, que exponen, respectivamente, los respiradores de la Amargura, Virgen de los Ángeles, y de los Dolores, así como una imagen de la entrecalle.
Alonso explica que algunas piezas son joyas de orfebrería, como los respiraderos de la Hermandad de la Trinidad de Sevilla o su homónima de Los Gitanos, donde su valor no sólo se circunscribe a la plata de ley con la que han sido realizados, sino por la magnífica factura que presenta su ejecución y la riqueza de detalles con los que han sido recreadas las imágenes que enriquecen su pórtico.
Sin embargo, la joya de la corona a efectos estéticos lo representa el paso completo que desfila cada lunes Santo en las calles hispalenses de la mano de la Real e Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Redención en el Beso de Judas.
Por el contrario, otras piezas destacan por su especial singularidad, como la figura de entrecalle del Cristo de la Esperanza y María de la Concepción de La Línea, que posee una virgen del Rocío ataviada con su traje de Pastora. Un hecho inédito a nivel cofrade, pues siempre se le ha inmortalizado a su Señora con su particular traje de Reina y ráfagas. No obstante, en otras ocasiones la patrona almonteña disfruta de su traje de Montpansé, donado por la Condesa de París, Isabel Francisca de Orleans y Borbón, y las ráfagas de rayos, de estilo imperial, junto con la corona y media luna de principios del siglo XIX. Fue con ese traje como fue coronada canónicamente en 1919, siendo así retratada en el bordado de la Sacramental de la Vera-Cruz de Gines, una pieza que pertenecía al primer simpecado de la Hermandad del Rocío. Este municipio sevillano también aporta un precioso llamador de plata que recrea la carreta con la que cada año pisan las arenas y que fue donado a la Vera-Cruz con motivo de la coronación de su titular.
Otras piezas de menor rango artístico también presentan formas realmente bellas y preñados de detalles. Son los casos de varales en los que sus capillitas laterales presentan la aparición de la virgen al pastor en el paraje de La Rocina, así como imágenes de entrecalles de magnífica factura técnica.
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