Pablo Gómez Prieto, magnífico pintor onubense

Gente de aquí y allá

Pablo domina todas las técnicas de la pintura. Lo mismo pinta al óleo que a la acuarela o los acrílicos. Conocemos mejor a este artista onubense.

Camilo Gómez Cruz, onubense y flamencólogo.

Pablo Gómez Prieto
Pablo Gómez Prieto / Fernando Barranco Molina
Fernando Barranco

12 de diciembre 2022 - 06:00

No me puedo ni imaginar el gran placer que se debe sentir al realizar un vuelo bajo en parapente con motor, por encima de la playa de Punta Umbría. La verdad es que no he sido capaz, a pesar de haber tenido la oportunidad en más de una ocasión, pero debo confesar que tengo “mieditis”. Y mira por dónde, me cuenta mi amigo Pablo sus experiencias y lo bien que se lo pasa volando por encima de nuestras cabezas.

Pablo Gómez nació en el barrio de La Orden, en Huelva, en el año 1974. Es hijo de dos personas muy conocidas en la ciudad. Su madre es Virginia Prieto, muy relacionada con el mundo del Flamenco, cantaora, empresaria y durante muchos años presidenta de la Peña Flamenca Femenina. Y su padre, entre otras cosas, era el propietario de un establecimiento de playa muy conocido en Punta Umbría denominado “El Loro”. Además, Pablo es sobrino de Pepe Prieto, que fue campeón de tiro con arco en las Olimpiadas de Los Ángeles.

En ese ambiente crece siendo el mayor de tres hermanos: Virginia, que además de ser ingeniera agrícola y a quien yo tuve la suerte de darle clases en la Universidad; y su hermano el menor, Santi. De su época estudiantil Pablo recuerda sus años en el Colegio Giner de los Ríos, en el que había un elenco de prestigiosos profesores que llegaban mucho a los alumnos con sus métodos de enseñanzas tan peculiares y distintos a la vez que eficaces.En ese ambiente crece siendo el mayor de tres hermanos: Virginia, que además de ser ingeniera agrícola y a quien yo tuve la suerte de darle clases en la Universidad; y su hermano el menor, Santi. De su época estudiantil Pablo recuerda sus años en el Colegio Giner de los Ríos, en el que había un elenco de prestigiosos profesores que llegaban mucho a los alumnos con sus métodos de enseñanzas tan peculiares y distintos a la vez que eficaces.

Después de estudiar el bachiller ingresó en la Facultad de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría, en Sevilla, porque en el mismo colegio ya le decían los profesores que tenía mucho arte. Allí fue donde aprendió a pintar y donde adquirió unos conocimientos por los que llevaba suspirando desde pequeño, ya que era un enamorado de la pintura en todas sus facetas, así como de la escultura, del grabado y de todo lo que sea arte. Es más, también, como a toda su familia, le gusta el Flamenco y me confiesa que para pintar se pone a oír música flamenca. Dice que le inspira mucho y que le gusta tanto que parece que ese arte del cante y el rasgueo de la guitarra se convierte en su propia sangre que le corre por las venas.

Pero tenía que comer y, como en principio la pintura no daba para vivir de ella, tuvo que trabajar. Para ello se fue con su tío Pepe Prieto, que tenía una empresa de decoración de interiores y él le ponía un poco de arte, con unos resultados muy bonitos.

En la actualidad tiene una pareja que es una chica encantadora y que vive en la Dehesa Golf con él. Es sudamericana, de ese bonito país que es Colombia. Pero de una relación anterior tiene un hijo de 10 años llamado Darío, al que tampoco se le da mal el arte de pintar.

Pablo Gómez Prieto es ya un pintor muy cotizado y que realiza y ha realizado muchas exposiciones, tanto colectivas como individuales. Yo he visto muchos de sus cuadros y la verdad es que me han cautivado. Especialmente pinta paisajes, sobre todo nuestras marismas, con sus esteros y sus caños que son magistrales. También las marinas las pinta muy bien, y eso que reconozco que soy muy exigente con las pinturas de los mares después de haber visto los de Enrique Romero Santana. Pero tengo que decir, en honor a la verdad, que Pablo Gómez no desmerece en absoluto.

Él ha expuesto en muchos lugares del mundo, además de en la sala de exposiciones de la Caja Rural de Huelva, en Bellavista, en el Teatro Felipe Godínez de Moguer, en Sevilla, en Córdoba, en diversas galerías de arte madrileñas como Galería Gaudí o OCCO Art Gallery. También en Paris, Mónaco o Colonia, por lo que ya tiene repartidos cuadros por medio mundo. A sus compradores les gusta mucho especialmente la luz que desprenden sus cuadros, que no es otra que la luz de Huelva. En definitiva, que se siente muy orgulloso y contento.

Pablo domina todas las técnicas de la pintura. Lo mismo pinta al óleo que a la acuarela o los acrílicos. También el carboncillo o la tinta china y, por supuesto, también hace esculturas con madera. Preguntado por sus pintores favoritos en la historia, no lo duda: Picasso, Velázquez y Goya. Coincide con mi gusto y creo que ambos acertamos.

Y para terminar esta breve reseña sobre un gran pintor de Huelva, decir que además de todo lo dicho, Pablo es una buena persona que no deja en verano de ir a ayudar a sus padres, pues es un buen hijo.

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