Nerva

El aula de dibujo del IES Vázquez Díaz ya lleva el nombre de Laura Luelmo

  • La memoria de la profesora asesinada en El Campillo perdurará para siempre en el instituto donde impartió clase

Uno de sus alumnos descubre la placa lleva el nombre de Laura Luelmo.

Uno de sus alumnos descubre la placa lleva el nombre de Laura Luelmo. / J. A. Hipólito (Nerva)

Aula de Dibujo Laura Luelmo Hernández, dibujando arcoíris. Así reza la placa descubierta en la mañana de ayer a las puertas del aula de dibujo del IES Vázquez Díaz de Nerva en la que impartía clases la joven profesora zamorana cuya vida fue arrebatada de forma violenta en diciembre del año pasado en El Campillo. Alumnos y profesores le han tributado un emotivo homenaje que fijarán para siempre en la memoria del centro educativo, muy en particular, y de la sociedad comarcal, en general.

El sencillo diseño que se ha utilizado en la placa recoge algo de la aportación de Luelmo a su visión del mundo, una especie de ready-made con un arcoíris que aparece tras la tormenta. “Laura, como espíritu radicalmente estético, pintó en una ocasión con distintos colores los limpiaparabrisas de su coche y, una vez que se montó con su madre y empezó a llover, descubrió después de accionarlos, que dejaban sobre el cristal un hermoso arcoíris de vivos colores, símbolo perfecto de esperanza y porvenir”, recuerda el profesor Álvaro Cabezas para explicar el sentido del diseño.

Para Cabezas, otorgar los nombres de profesores a espacios en los que se han compartido los conocimientos es una bella tradición que recoge los ideales grecolatinos del genius loci. “A la nómina de artistas con los que se asocia Nerva, debe ser añadido el nombre de Laura Luelmo, artista joven, pero que en su incipiente carrera ya apuntó inclinaciones internacionales al exponer parte de su obra en México o al iconizar la lucha contra el maltrato a la mujer, de la que ella sería, desgraciadamente, una víctima más”, apunta el profesor.

Los padres de Luelmo agradecen por carta el gesto del centro educativo

Los padres de Luelmo han agradecido por carta el gesto del centro educativo en respuesta a la invitación realizada por el profesor José Santana en calidad de secretario del equipo directivo. “Queremos agradecerle su comunicación y el cariño que transmite, así como el espíritu acogedor y generoso con el que recibieron a nuestra hija Laura en ese Centro al que llegó tan ilusionada y en el que se perpetuará su recuerdo en el aula de Dibujo”. 

En la carta, los progenitores de la joven docente se disculpan por no poder asistir como hubiera sido su deseo. “Sin embargo, estaremos siempre con nuestro corazón en aquellos actos y actividades que se desarrollen para honrar el recuerdo y la memoria de nuestra hija. Esperamos poder visitar ese aula más adelante. Contad con nuestro reconocimiento y nuestra gratitud hacia el hermoso gesto que habéis tenido para perpetuar su recuerdo en ese IES Vázquez Díaz, el centro que tanto le gustó, que siempre será su Centro, así como hacia todas las personas del equipo directivo-docente, administrativo, profesores, alumnado y padres que la quisisteis, la acogisteis, sufristeis por ella y por lo que le sucedió y la honráis y la lleváis en vuestros corazones”, aclaran.

Placa en memoria de Laura Luelmo. Placa en memoria de Laura Luelmo.

Placa en memoria de Laura Luelmo. / J. A. Hipólito (Nerva)

Luelmo apenas tuvo oportunidad de demostrar su valía como profesora en el instituto de Nerva al que llegó desde Zamora. Le arrebataron la vida de forma violenta en El Campillo, localidad en la que fijó su residencia provisional. Llevaba tan solo una semana impartiendo clases en el centro nervense. El impacto de su asesinato provocó una mezcla de dolor, rabia e impotencia en la sociedad de la Cuenca Minera de Riotinto.

Con este gesto, el centro educativo quiere perpetuar su memoria entre la comunidad educativa y sociedad en general. Ella impartía sus clases en el aula de dibujo, entre pupitres rodeados de caballetes, pinceles, pinturas, dibujos, moldes y todo tipo de soportes artísticos con los que experimentaban sus alumnos. Este era el hábitat en el que se encontraba más a gusto, junto a sus jóvenes pupilos.

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