Griñán se compromete con el sector de la chirla a estudiar bajar la talla

Los representantes del sector de la chirla no se volvieron ayer de Sevilla con las manos vacías, como ocurrió en las anteriores reuniones que mantuvieron con la consejera de Agricultura y Pesca de la Junta, Clara Aguilera, y la directora general de Pesca y Acuicultura, Margarita Pérez. Su principal reivindicación, reducir un milímetro la talla mínima de la captura (de 25 a 24), se va a estudiar. Este es el compromiso que lograron de su reunión con el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, en el Parlamento andaluz. El acuerdo al que se llegó durante el encuentro lo dio a conocer el viceconsejero de la Consejería de Agricultura y Pesca, Ignacio Serrano. Este explicó que su Departamento analizará de forma científica la reivindicación del sector de la chirla del Golfo de Cádiz de bajar a 24 milímetros la talla de este molusco, en base a que la chirla italiana, aunque sí alcanza los 25 milímetros, es de menor grosor que la que se pesca en el Golfo de Cádiz.

Esta fue una de las conclusiones de la reunión de ayer por la tarde a la que asistieron, junto al presidente de la Junta, la consejera de Agricultura y Pesca, Clara Aguilera, y el viceconsejero, para analizar las reivindicaciones del sector de la chirla del Golfo de Cádiz durante más de una hora y media. Alrededor de un centenar de barcos de los puertos onubenses de Punta Umbría, Isla Cristina y Lepe y del gaditano de Sanlúcar de Barrameda cumplieron ayer un mes de amarre por la falta de rentabilidad de las empresas. Este paro afecta a medio millar de marineros que han secundado la medida iniciada por los armadores. El colectivo recibió el apoyo de sus familiares con dos encierros paralelos, en Punta Umbría e Isla Cristina, en dependencias municipales.

El viceconsejero señaló que el sector planteó esta cuestión al comparar la chirla del Golfo de Cádiz con la italiana, por lo que realizarán un análisis científico-técnico con el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y otras entidades científicas, ya que aunque la reglamentación comunitaria "no fija unos milímetros, sí dice que cualquier modificación debe ser aprobada en base a estudios científicos y no en base a la improvisación".

La Consejería ya trabaja en la modificación de la Orden que regula el marisqueo de la chirla en el Golfo de Cádiz para sustituir el control de la pesca mediante un horario por una limitación en la tara de pesca (200 kilos). De igual manera, apuntó que la Orden también contemplará la posibilidad de optar por otra modalidad de pesca, en particular de artes menores, de forma temporal. El viceconsejero de Agricultura y Pesca dijo que el sector se ha comprometido a hacer un control "escrupuloso" de la flota, porque "la situación del caladero no es buena".

El portavoz del sector, el puntaumbrieño Rafael Núñez, consideró que la reunión se estableció en base a un "diálogo constructivo" y valoró la vuelta a la limitación por tara de pesca y no por horario. Los pescadores ofertaron a la administración tomar esta medida, al menos, durante los meses de invierno cuando es más difícil que los bivalvos alcancen la talla mínima establecida, a cambio reducirían la tara de 250 kilos por barco a 150.

En cuanto a la talla, el sector llevó a la reunión una muestra de chirla italiana de 25 milímetros y 11 milímetros de grosor frente a la chirla del Golfo de Cádiz, que mide 24 milímetros pero tiene 14 milímetros de grosor. "A primera vista se ve que la del Golfo de Cádiz es más adulta que la italiana", subrayó Núñez. Este volvió a insistir en que es muy necesario remover todos los fondos del caladero para remover la arena y evitar que se encostren.

En relación al cambio temporal de modalidad de pesca, en concreto a artes menores, Núñez señaló que esto provocaría "la guerra en el sector", ya que sería "una competencia desleal" al ser sus barcos más grandes que los de artes menores y "no dejaríamos espacio".