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Estación Biológica de Doñana afirma que el cambio climático erosiona la fauna "mucho más rápido de lo que se pensaba"

Estación Biológica de Doñana

Estación Biológica de Doñana / José Ángel García

Un estudio liderado desde la Estación Biológica de Doñana, CSIC, ha constatado que la sequía que tiene lugar durante el nacimiento perjudica para el resto de su vida a individuos de milano real, un ave rapaz del Parque Nacional Doñana en peligro de extinción. La sequía natal provocó una disminución del 40% en el tamaño de la población pronosticado y redujo en 10 años el tiempo previsto para su extinción. Los resultados implican que el cambio climático puede erosionar las poblaciones de fauna silvestre "mucho más rápido de lo que se pensaba anteriormente".

Según ha indicado el CSIC en una nota de prensa, el objetivo ha sido analizar el impacto de los extremos climáticos, no solo los que suceden en la actualidad, sino los experimentados en el pasado en las poblaciones animales.

De este modo, Fabrizio Sergio, investigador de la Estación Biológica de Doñana y autor principal del estudio ha explicado que había "varias preguntas que eran urgentes responder como cuál es el impacto combinado de los eventos climáticos extremos ocurridos en el momento de nacer y en la actualidad o si el clima extremo más perjudicial es cuando se experimenta en la edad adulta o cuando se experimenta al nacer, además de si un extremo climático natal socava la capacidad adulta para hacer frente a otro más adelante".

En relación, el investigador ha asegurado que son cuestiones "importantes" por resolver, "más aún considerando que los eventos climáticos extremos serán cada vez más frecuentes en el futuro cercano, aumentando así la probabilidad de que los individuos experimenten estas dificultades tanto al nacer como de nuevo en etapas adultas".

Por tanto, el estudio se llevó a cabo sobre una muestra de unos 700 individuos monitorizados durante tres décadas comprendidas entre 1989 y 2019 y de unos 1.200 eventos de nidificación. En Doñana, los milanos reales están en peligro de extinción, apenas quedan unas 20 parejas,  y dependen para su alimentación de la marisma, un gran humedal estacional.

En este sentido, el estudio apunta que en años de sequía, la marisma no se inunda y permanece básicamente seca, lo que convierte a todo el sistema en "una estepa árida con escaso alimento para los milanos". 

Por otro lado, Julio Blas, investigador de la Estación Biológica de Doñana-CSIC y coautor del estudio ha señalado que cuando la sequía se produjo en el mismo año de nacimiento, "la probabilidad de supervivencia del individuo promedio disminuyó durante el resto de su vida", por ejemplo, "un individuo nacido durante un año normal mostró una esperanza de vida promedio de diez años, mientras que las expectativas de vida de un milano nacido durante sequía eran de poco más de un año, insuficiente para generar descendencia".

Además, el equipo realizó un modelado de la dinámica poblacional del milano, el cual demostró que "si no se consideran las dificultades en el momento del nacimiento, se pueden generar pronósticos sobre el tamaño de la población y tendencias futuras irrealmente optimistas y sesgados", por lo que esto "impediría tomar conciencia real sobre la gravedad de la situación de las especies amenazas y aplicar medidas de conservación con la urgencia necesaria".

En este sentido, el investigador ha destacado que para el caso del milano real, "considerar las sequías natales en los modelos provocó una disminución del 40% en el tamaño de población pronosticado y una reducción del 21% en el tiempo previsto para su extinción, lo que supone un adelanto en las fechas previstas de extinción en más de una década".

Por ello, según ha explicado Julio Blas, el modelado indica que los previsibles aumentos en la frecuencia de las sequías "agudizarán un declive poblacional que ya es observable en esta especie y acortarán el tiempo que queda hasta su extinción, haciendo que las acciones encaminadas a su conservación futura sean hoy más urgentes que nunca".

Asimismo, la evaluación y el pronóstico de los impactos climáticos generalmente se calculan vinculando determinados parámetros demográficos de desempeño, como el éxito reproductor y la tasa de supervivencia, con las condiciones climáticas que acontecen durante dicho desempeño.

"Sin embargo, de acuerdo con nuestros hallazgos, este tipo de análisis tradicionalmente simplista debería tener más en cuenta la contribución potencial de los efectos natales, ya que estos pueden empeorar radicalmente los escenarios previstos para el estudio", ha explica el investigador.

Por todo ello, las dificultades experimentadas durante el desarrollo pueden perjudicar al individuo durante toda su vida y afectar a su desempeño incluso décadas después, por lo que los efectos pueden ser sutiles y difíciles de detectar.

Esto es así, según el equipo, porque golpean a una población dos veces, al afectar directamente a los adultos y al inyectar en la población un grupo de individuos débiles y dañados de por vida. Esto podría explicar los misteriosos declives poblacionales observados a gran escala en muchos grupos animales a escala mundial.

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