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Carpintero: La artesanía hecha mueble en Valverde

  • La presencia británica en Valverde fue clave para transformar el oficio carpintero, mejorando sus técnicas de producción y la demanda

  • La diputada Rosa Tirador explica la labor de acompañamiento de la Diputación al sector en las ferias más importantes 

Carpintero: La artesanía hecha mueble

Carpintero: La artesanía hecha mueble

Valverde del Camino saluda a sus visitantes en tres idiomas y un oficio. Willkommen, witaj, bienvenue a la ciudad de los artesanos del mueble. Más que un homenaje, la sierra cortadora que da la bienvenida al municipio es una puerta de entrada a la historia de un oficio más que centenario.

El mueble es la tradición hecha futuro; el presente tallado por el pasado. La calidad, por encima de toda crisis; las medidas, por delante de todas las modas; y la artesanía, pese a la premura del tiempo. Son los tres dogmas que han hecho de este sector uno de los más reconocidos lejos de sus industrias.

Llegaron los británicos en el siglo XIX y la historia de Valverde se transformó. El mueble lo experimentó en sus entrañas. De pequeños talleres artesanales se pasó a la fabricación a gran escala. La llegada del ferrocarril lo precipitó todo. La demanda se fue multiplicando y los envíos se realizaban con mayor celeridad.

“El sector del mueble es un sector primordial para nuestra provincia”, señala la diputada territorial, Rosa Tirador, “por eso, la Diputación de Huelva ha llevaba a cabo con el sector del mueble de Valverde del Camino, su labor de acompañamiento a través de Huelva Empresa, en tres ferias muy importantes, como HABITAT Valencia en 2018, posteriormente fue la participación en 2019 en la Feria Sur Mueble de Sevilla, y por último la Feria Internacional del Mueble de Zaragoza”. “Para los empresarios es muy importante salir de nuestro entorno y conocer qué momento atraviesa el sector en otras partes del mundo, ya que así puede situarse a la vanguardia y conocer que están demandando los potenciales clientes”, ha explicado Tirador.

Los renglones de la historia confiesan que muchos valverdeños dedicaron sus días a trabajar en la carpintería de los talleres de la compañía minera. De sus manos, nacían los vagones de pasajeros, las traviesas de las vías, el mobiliario de sus viviendas, así como todas aquellas necesidades originales de la madera. La presencia inglesa revolucionó la industria como inicio de un gremio de vanguardia.

Los oriundos analizaron las posibilidades y las convirtieron en negocio. Se instalaron en fábricas y, así, comenzó la expansión. Por entonces, y eso no ha cambiado, las tierras valverdeñas eran pobres, se emigraba a otros destinos y la industria del mueble, como la del calzado, era el clavo ardiendo de aquella humanidad.

Varias generaciones han heredado el olor a serrín. Sine díe. Familias dedicadas al oficio de la carpintería sin renunciar a sus orígenes: artesanía, medida y calidad. La materia primera no es la madera, son las manos. Evolucionan las herramientas, pero no el carácter humano del producto. El valverdeño no es un mueble, es patrimonio.

En la actualidad, las herramientas siguen ofreciendo una imagen idéntica: La sierra de cortar, la escuadradora o el labrante. Lo único que ha cambiado con el paso de los años es su efectividad. Maquinaria renovada para un trabajo más funcional, seguro y profesional; y allí donde ésta no llega, operan los instrumentos manuales, como el taladro, el cepillo o la gubia. En ellos, no hay arrugas.

“Antes, se trabajaba en una casilleta; ahora, en unas buenas instalaciones. Hemos salido del casco urbano y estamos en los polígonos. Tenemos las exposiciones como nunca las ha habido para enseñar nuestros productos. El mueble barato nos lleva a que no hayamos mejorado en consumo, aunque sí en infraestructuras”, testimonia un empresario.

La fabricación no ha sufrido graves secuelas. El cliente comunica su idea, ésta se plasma en un papel, se presupuesta, se hacen las mediciones, se despiezan las maderas, se cortan, se ensamblan, se barnizan y se montan. Paso a paso. A partir de aquí, el consumidor sabe que gana un artículo para toda la vida. Y único. Y personalizado. Otro mérito más contra la moda de las producciones en serie.

Los materiales también los deciden los clientes y sus tendencias. Los industriales aseguran que en la época británica proliferaban las maderas nobles al tratarse de un estilo clásico. Más tarde, se empezó a confeccionar un producto de carácter provenzal. Ahora, la demanda sigue un patrón de mueble ligero, rectilíneo y lacado. La evolución ligada a la economía.

La adaptación a los tiempos en un destino sin descanso para un sector respetuoso con el medio natural. El compromiso más reciente de sus empresas es la selección de proveedores que garanticen un trabajo sostenible y responsable. El sello de garantía PEFC certifica que la madera responde a una gestión adecuada de los recursos forestales. Asimismo, en los centros de trabajo, los residuos son retirados por empresas especializadas o reciclados para una segunda propiedad.

La madera cuenta en Valverde del Camino con 13 firmas de carpintería, muebles a medida y auxiliares; y un centenar de operarios, integrados en la Asociación Provincial de Industriales de la Madera (Apimad), nacida en 2005 para la defensa de los intereses de las empresas del sector en la provincia de Huelva.

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