Está claro que la agricultura se ha consolidado en los últimos meses como principal motor de la economía onubense. Y es que en plena pandemia, cuando otras actividades importantes para la provincia como el turismo o los servicios están sumidas en una grave crisis de la que nadie sabe cuándo se va a poder salir, el sector agrícola ha seguido tirando del carro en materia de generación de empleo y actividad económica, hasta el punto de que actualmente se encuentran en pleno desarrollo importantes proyectos para la implantación de nuevos regadíos en distintos puntos de la provincia.
Entre ellos destaca uno que arrancó hace ya cinco años y que actualmente se encuentra en plena fase de desarrollo. Se focaliza en el término municipal de Gibraleón, concretamente en el paraje de Valdeoscuro. Allí, ocho importantes empresas agrícolas se han unido para crear la Asociación de Propietarios Agrícolas para el Fomento de Valdeoscuro, en cuyo marco trabajan en la puesta en riego de casi 1.200 hectáreas de cultivos intensivos y de primor, así como para la construcción de las instalaciones agroalimentarias necesarias para la manipulación de fruta.
Tal es la envergadura de la iniciativa que sus promotores calculan la generación de unos 5.000 puestos de trabajo entre personal laboral estable y temporeros durante los picos de las campañas de recolección, así como unas facturaciones brutas anuales de más de 35 millones de euros, sobre todo gracias a la producción de fruta destinada a la exportación.
Algunas de estas empresas llevan hasta cinco años trabajando sobre el terreno en la transformación de las fincas, muchas de las cuales se encuentran ya incluso en fase de producción -o a punto de entrar en ella-, con la implantación de cultivos intensivos de aguacates, distintos tipos de cítricos, arándanos, fresas, frambuesas, moras, melones o sandías, entre otros.
No obstante desde el inicio del proyecto se toparon con un serio problema: la falta de infraestructuras eléctricas en la zona, lo cual se ha visto agravado por demoras que superan ya los tres años por parte de la compañía suministradora en materia de otorgamiento de las autorizaciones para la conexión de las fincas a la línea eléctrica que en su día construyo la Comunidad de Regantes del Sur-Andévalo, a la que pertenece el entorno de Valdeoscuro.
Dicha carencia ha sido suplida hasta el momento por los empresarios con generadores de gasoil, con la elevada carga que ello supone en cuanto a costes, así como en materia medioambiental, y también en cuanto a calidad y cantidad de la energía eléctrica que así se produce. Un hecho que "está frenando el crecimiento del proyecto y poniendo en peligro la viabilidad de estas empresas agroalimentarias", según ha explicado a Huelva Información Cristóbal Picón, que es portavoz de la Asociación de Propietarios Agrícolas para el Fomento de Valdeoscuro, además de presidente de S.C.A Costa de Huelva, una de las ocho empresas integradas en ella.
No obstante, y teniendo en cuenta que "lo más grave es que no se ve fin a esta situación", recientemente han decidido hacer de este problema una oportunidad y, en la última asamblea general de la Asociación -celebrada el pasado 1 de octubre-, decidieron unánimemente "construir e instalar" un sistema solar fotovoltaico autónomo, o lo que es lo mismo, una planta de energía fotovoltaica, que dote de suministro eléctrico a todas las explotaciones agrícolas y alimentarias implantadas en el entorno de Valdeoscuro, y que por tanto "nos permita una garantía de suministro de agua durante todo el año".
Dicha planta tendrá capacidad para producir 4,8 megavatios (Mw), ocupará una superficie de 9,5 hectáreas y supondrá una inversión aproximada de 3,5 millones de euros, los cuales serán amortizados por las propias empresas en función de la energía que cada una consuma. Para su materialización los agricultores han acordado crear la sociedad Valdeoscuro Energía S.L. cuyos socios serán las propias empresas desplegadas en la zona.
En la búsqueda de esta solución, los empresarios agrícolas de Valdeoscuro han contado con el apoyo de Juan Antonio Millán como presidente de la Comunidad de Regantes Andévalo Fronterizo -CRAF- dada la equivalente situación a la que ésta ha tenido que hacer frente recientemente, y a la similar solución que se le dio al tema.
Según Cristóbal Picón, la decisión finalmente adoptada "nos va a permitir avanzar en la línea del desarrollo sostenible, el consumo responsable y la economía circular".
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