Juan Carlos Rodríguez Ibarra

Mirar al oeste

La tribuna

Mirar al oeste
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Estuve siempre en contra de las llamadas primarias como procedimiento para la elección de dirigentes en el seno del PSOE. Ahora parece que son más las voces que se unen a esa negativa. Pero a pesar de los efectos negativos que provocan las primarias, no son las únicas responsables de lo que está pasando en el seno de los socialistas españoles. Cuando se remodela una organización política en la que solo uno tiene todo el poder y los demás se limitan a aplaudir, afirmar y reír todas sus ideas y actuaciones, el resultado es la estupidez en el seno de esa organización.

Cuando Pedro Sánchez, ante el escándalo de la corrupción del anterior secretario de organización y ministro de Fomento, del siguiente secretario de organización y del hombre para todo de ambos, pide perdón y anuncia una remodelación de la actual Comisión Ejecutiva Federal, elude dos cuestiones: 1) Se nos enseñó en nuestros años infantiles que después del perdón va el cumplimiento de la penitencia. Pedro Sánchez necesita saber si se le perdona o no. Él ha pedido perdón. La única forma de saber si se le perdona es consultando a los ciudadanos. Y solo hay una consulta verdaderamente democrática: convocatoria de elecciones. El resultado de la misma le dirá si le perdonamos o le enviamos a cumplir la penitencia. 2) La Comisión Ejecutiva actual fue elegida por un Congreso federal. Una reestructuración de esa dirección solo puede hacerse en un nuevo Congreso o en su defecto en un Comité Federal. Este Comité Federal responde en su composición a los intereses de Santos Cerdán. No parece el mejor órgano para que los que le deben su puesto a Cerdán, carguen contra quien puso a Cerdán en la organización socialista.

Ante este estado de cosas, no son solo las primarias ni tampoco Pedro Sánchez los únicos corresponsables de la catástrofe. En el partido han dejado de ejercer sus responsabilidades la Comisión Ejecutiva federal, el Comité Federal y los grupos parlamentarios socialistas. ¿Cuánto ha sido el daño que han hecho al partido con sus constantes aplausos, sus risas y sus ataques a quienes no estábamos de acuerdo con el funcionamiento y con los pactos de la actual dirección socialista? ¿Van a seguir aplaudiendo y riendo cuando el próximo 5 de julio acudan al Comité Federal? ¿Van a seguir callados o hablando solo de aquello que quiera escuchar el secretario general?

El PSOE ganó una moción de censura contra el Gobierno del Partido Popular con el apoyo de varios partidos que supuestamente estaban en contra de un gobierno liderado por un partido con claros casos de corrupción. El PSOE se encuentra en estos momentos en una situación similar a la que denunció en la moción de censura. Tanto los socialistas como los independentistas y los ultra izquierdistas deberían estar dispuestos a realizar una operación similar a la de la moción de censura que acabó con el Gobierno Rajoy.

Con aquella votación, fuimos muchos los que nos sentimos satisfechos con el mensaje que se trasladaba a la ciudadanía. Quien se corrompe tiene los días contados como Gobierno. Y así debería seguir siendo. Sería el mejor ejemplo de que en España no se tolera la corrupción. Tanto por la caída del Gobierno del PP como por la inevitable caída del Ejecutivo del PSOE por cuestiones de corrupción, los siguientes gobiernos aprenderían la lección de que Gobierno y corrupción son incompatibles en una España democrática.

En estos momentos se pone de manifiesto que se sale mejor del error que del desconcierto. Los socialistas estamos desconcertados. Solo saldremos de la confusión, del desconcierto, si somos capaces de salir del error. Y del error se sale si averiguamos dónde nos equivocamos. Es fácil saberlo. Basta con mirar al oeste y encontrarse con el que fue primer ministro del Gobierno portugués, Antonio Costa. Lo que no está claro es si también lo saben los órganos de control y de dirección del PSOE. ¿Lo sabrá la Comisión Ejecutiva federal, el Comité Federal y los grupos parlamentarios socialistas? Mientras no lo sepan seguiremos huérfanos sin saber por dónde encauzar este PSOE que se nos va de las manos.

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