La vida campestre

Multicines La Dehesa Islantilla, CineBox Aqualon Puerto Huelva, Al Andalus Punta Umbría y Cines Artesiete Holea Huelva.- T.O.: 'Las ovejas no pierden el tren'.- Producción: España, 2014.- Duración: 103 minutos.- Dirección y guión: Álvaro Fernández Armero.- Fotografía: David Azcano.- Música: Mikel Salas.- Montaje: Paco Díaz.- Intérpretes: Inma Cuesta, Raúl Arévalo, Candela Peña, Irene Escolar, Alberto San Juan, Kiti Mánver, Jorge Bosch, Alicia Rubio, Álex Martínez, Eva Marciel, Miguel Rellán, Ruth Armas

Después de la realización de películas que respaldaron un cierto prestigio cinematográfico como fueron sus películas Todo es mentira (1994), Brujas (1996), Nada en la nevera (1998) y Salir pitando (2007), algunas de cuyas escenas se rodaron en el Estadio Colombino de Huelva, y unos siete años de actividad televisiva, el director madrileño Álvaro Fernández Armero vuelve al cine que solía hacer. Es decir una historia coral de corte tragicómico, familiar y de conflictos de parejas.

Si en sus anteriores producciones predominaba un carácter más juvenil, propio de los años de su trabajo, ahora se impone una cierta madurez del conjunto de personajes que integran este relato divertido en muchas ocasiones, ocurrente y sobre todo ilustrado con diálogos muy jugosos -aunque plagado de palabras malsonantes- y en ocasiones agudamente ingenioso.

La grave situación económica, la falta de trabajo y la necesidad de un cambio personal, ha obligado a Alberto, Luisa y su hijo pequeño a vivir en el campo. La vida para ellos no será especialmente placentera. Esa aparente apacible vida rural acaba cansándole a él, encrespado por la insistencia de ella en tener un segundo hijo. Por otro lado, Juan, hermano de Alberto, divorciado de cuarenta y cinco años, periodista, a quien no le gusta la vida campestre, que no pasa por su mejor momento, sale con Natalia, de unos veinte años, muy vital y que complica su vida. La hermana de Luis, Sara, aplaca sus desasosiegos con las más variadas relaciones. Surge en su vida Paco, un solitario periodista deportivo que puede ser el hombre de su vida.

Álvaro Fernández Armero trata de manejar con soltura esos ingredientes que pueden atraer más al público. Comparte esa visión social y familiar que entrecruza aspectos divertidos con cuestiones más dramáticas que pueden promover en el espectador tanto la risa como un inevitable escalofrío. Esa facilidad para combinar risas y seriedad, intimidad y convivencia en la dificultad de las circunstancias actuales, nos introducen en esta comedia urbana con la vivacidad de los diálogos y los rasgos de incidencia social. Son los elementos que constituyen los ingredientes más destacados de un conjunto donde destaca indudablemente el capítulo interpretativo, que logra superar un guión algo inconexo y con fluctuaciones notables en el ritmo narrativo.

Si porque las actuaciones afortunadas de Candela Peña, Kiti Mánver, Raúl Arévalo, Jorge Bosch y Miguel Rellán y gran parte del reparto, contribuyen a dar vigor a un relato que en todo momento aporta dosis de realidad y de la necesidad de motivaciones del individuo ante las dificultades evidentes. Y en suma los grandes contrastes de la vida campestre.

QUIROGA