Todo a la vez y en todas partes

Se me escapa la sonrisa tonta cuando Pedro levanta el labio y deja que se asome el colmillo que oculta con sabia cautela

Tengo que reconocerles que a mí Pedro Sánchez me pone, y no me refiero a su legendaria guapura, de fama internacional, ni a su outfit de runner de short y camiseta de basket o a la pose perfecta con la que brilla en cada foto, no. A mí lo que me pone es verlo tomando la iniciativa. Se me escapa la sonrisa tonta cuando levanta el labio y deja que se asome el colmillo que oculta con sabia cautela. Ese con el que podría despedazarnos sin pestañear. Me pone ese momento en el que sé que detrás de todo lo que está diciendo se esconde un mundo de infinitas posibilidades, un multiverso con millones de futuros probables entre los que sólo él es capaz de encontrar lo que busca, y que hará todo lo posible por hacerlo realidad. Supongo, por lo que he podido ir leyendo desde ayer, que nos pasa un poco a todos, o al menos a muchos de nosotros. Que en medio del griterío general, del ruido, estamos tratando, en realidad, de dilucidar dónde demonios está el truco. Dónde ha metido esta vez la bolita. Qué esconde el presidente tras un adelanto electoral que ha cogido con el pie cambiado a media España. Creo que, como el doctor Strange, de entre todos los futuros posibles, Pedro Sánchez ha visto que solo hay uno que le dé la victoria que busca -sea la que sea, que ese es otro misterio-, y por eso nos ha llamado a las urnas. Echando un vistazo a su historial es fácil suponer que en ese futuro no se contempla, desde luego, lo de chascar los dedos para sacrificarse por nadie. Sánchez quiere ganar, y el tiempo nos dirá si lo consigue, aunque lo más probable es que después del 23 de julio el panorama nacional sea muy diferente al de ahora y el PP recupere, solo o con Vox, el cetro de la Moncloa. En todo caso, lo que de verdad nos interesa en este rinconcito del mundo es saber qué será capaz de hacer el PP de Huelva cuando lo tenga todo a la vez en todas partes. Cuando los populares onubenses, entre ellos la futura alcaldesa y quien quiera que presida la Diputación Provincial, puedan navegar con el viento y las corrientes totalmente a favor por primera vez en su historia. Me pregunto si, con el poder en la capital, en la provincia, en la Junta y en el Gobierno central -si Pedro Sánchez no da la campanada, y ojito que no está todo el pescado vendido- los populares onubenses van a ser capaces de traerse a casa todo lo que se nos debe o, como hicieron antes los otros, desaprovecharán la ocasión. Les digo ya que tengo mis dudas de que aparezca alguien con las suficientes agallas y la capacidad de liderazgo necesaria para conseguirlo, pero oigan, ojalá me equivoque y tenga que comerme esto de hoy. Quién sabe: a lo mejor, de entre todos los universos paralelos posibles resulta que hay uno en el que Huelva deja de ser el culo del mundo.

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