¡Vergüenza!

27 de septiembre 2025 - 03:06

Cada vez resulta más complicado que cualquier representante gubernamental sea capaz de asumir, ni siquiera remotamente, un atisbo de responsabilidad ante una incidencia con repercusión social, sea cual sea la dimensión de la misma porque siempre encontrarán alguien a quien convertir en el causante del desatino y los daños, de producirse, ocasionados.

Naturalmente, la táctica resulta ya tan poco convincente que se buscan alternativas dialécticas como la de la ministra de Trabajo que, ante el escándalo, sí escándalo, de las “pulseras antimaltrato”, nos propone una “pequeña investigación”, como si la evidencia de los hechos ante la actitud del ministerio de Igualdad y por extensión, su efecto sobre el de Interior, no tuvieran una dimensión de alarma para la población de mujeres en riesgo.

Como decía una afectada, el miedo podríamos considerarlo un elemento subjetivo, pero el riesgo y las consecuencias del fallo tecnológico, no corregido aun siendo conocido, es real y no es de recibo excusarlo afirmando que no ha habido ningún asesinato para justificar y negar las peticiones de dimisión y la reprobación parlamentaria.

Lo cierto es que las apelaciones a bulos, mentiras, oposición destructiva, … quedan al descubierto puesto que los avisos, llamadas de atención, quejas, … hace tiempo que se vienen produciendo y están documentadas en la memoria anual de la Fiscalía, avisos del CGPJ, Audiencias denunciando pérdidas de pruebas en portadores de las pulseras y, en consecuencia, absueltos… pero para la ministra de Igualdad, heredera del desaguisado y no dada por enterada, si no víctima, no hay responsabilidad gubernamental. Patética argumentación que, obviando las denuncias de sindicatos policiales, Defensor del Pueblo; son nimiedades inducidas por una oposición machista. Como si la ocultación, seguida de negación y, ahora, la propuesta de un nuevo contrato, fueran un ejemplo de eficiencia.

Lo cierto es, que España cada vez funciona peor: apagones, ferrocarriles bloqueados, incendios, inundaciones, pulseras fallidas, … por no hablar de la pandemia y los “expertos virtuales”, aquí las incidencias no se resuelven, se rentabilizan para que Tezanos las venda demoscópicamente. Por eso, sus gritos de ¡vergüenza! ¡vergüenza!... ante el asesinato de dos mujeres en el Congreso, adquieren actualidad, sin muertes, afortunadamente, pero sí por su ineficacia, su falta de transparencia y el riesgo para las víctimas de maltrato.

stats