Tartesos, presente

La presencia de Huelva en el pasado es algo que nos subyuga, admira y a la vez nos enorgullece. Cada día van saliendo a la luz más y más estudios de las civilizaciones que pasaron por nuestra tierra onubense, gracias a la labor constante, afanosa y muchas veces olvidada, de esos equipos de arqueólogos que van desenterrando nuestra historia, la vida desconocida de este hábitat que en el sur de la península dejó rastros llenos de interés abriendo surcos al conocimiento de aquel lejano pasado que hoy vuelve a cobrar vida. Los trabajos que en la actualidad realiza Arqueohuelva, de manera estudiosa y profesional, me traen el recuerdo cuando a primeros de los años cincuenta del pasado siglo nuestra ciudad disfrutaba del entusiasmo y de los esfuerzos de aquella Sociedad Arqueológica Onubense que, sin medios, ponía en valor la importancia de los descubrimientos que íbamos haciendo en la capital y provincia.

Hace poco he tenido la suerte de que María Clauss, una de las integrantes de la fabulosa exposición Eternidad y… actualmente en el Museo, se acordara de mi para colaborar humildemente en tan gran exposición, única en el mundo, con mis palabras sobre los primeros hallazgos encontrados en el cabezo de La Joya y los descubrimientos de los que fui testigo en las tumbas número 17 y 18, que lanzaron sin duda alguna al mundo de la arqueología muestras únicas e inigualables que ustedes pueden ver en nuestro Museo de forma especial. La exposición Vida y eternidad en Tarteso es hoy punto de mira de la atención mundial. No es para menos. Así lo testificaron la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, nuestra alcaldesa Pilar Miranda, y la comisaria de la muestra Clara Toscano, ante un salón lleno de profesionales, autoridades y representaciones de la cultura de Huelva. Hace más de cincuenta años escribí un libro sobre aquellas apariciones de La Joya, que tuvo una segunda edición hace pocos años y que hoy considero como un pequeño “tesoro” del inicio de aquellos trabajos, en el cabezo, por el siempre recordado amigo Juan Pedro Garrido y su esposa Elena Orta. Hoy, con la fuerza de la Universidad de Huelva y con la garantía de profesores como Juan Manuel Campos y su equipo, el desconocido pasado de nuestra provincia se abre paso con señeros guías de la intelectualidad onubense en esta materia.

La labor de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento y Diputación son claves para el progreso de nuestra tierra, llena de riquezas del pasado que forman la base más bella e interesante de cara a ese futuro que aguardamos con esperanza. Nos unimos con toda admiración a los Amigos del Museo de Huelva, porque todos somos amigos de esos afanes, por sacar adelante las riquezas de un pasado que nos sigue hablando desde el misterio callado y silente de los siglos. Tartesos fue el comienzo; continuemos su obra y su fama, que es gloria y fama onubense