El ‘taco’ de Trump

El balcón

Cada vez que Donald Trump habla sube el pan. Sube el pan, los huevos, la vivienda… y baja la Bolsa. Después se desdice y el Dow Jones vuelve a subir. Gente avisada se hace millonaria vendiendo antes de la amenaza y comprando antes de que se retracte; es sólo un asunto de negocios. La última vez, la semana pasada con inminentes aranceles del 50% a Europa, aplazados a continuación. Pero además de enriquecer a sus amigos y usarlo como arma de negociación, esta táctica intimidante y su yoyó financiero han granjeado al presidente abusón fama de acojonado, con perdón por la expresión. Es lo que significa en crudo el acrónimo TACO, Trump always chickens out, Trump siempre se acobarda, en su traducción elegante.

Pasa también con las guerras en las que los Estados Unidos de MAGA sostienen al agresor, en Ucrania y Gaza. Ahí hay negocio y mucha violencia. Esta semana Donald ha hecho un capitán Renault. En vez de en un casino de Casablanca, en su club de golf de Nueva Jersey. Se ha mostrado sorprendido ante la evidencia, por la gran cantidad de gente que está matando Putin, “sin razón alguna”, con lo bien que se han llevado siempre. “¡Se ha vuelto absolutamente loco!”. Y se pregunta qué le ha pasado.

Parafraseando a Bécquer, “¿y tú lo preguntas, mientras clavas en mi pupila tu pupila azul?”. Estados Unidos ha votado por dos veces en Naciones Unidas, el 24 de febrero y el 16 de abril, junto a dictaduras como Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte o Nicaragua contra resoluciones que condenaban la invasión rusa de Ucrania. Su amigo Vladimir está haciendo lo que él le ha animado a hacer, culpando de la guerra a Zelenski en la encerrona de la Casa Blanca el 1 de marzo, retransmitida en directo por televisión a todo el mundo: resaltando el odio que sentía el líder ucraniano por Putin, diciéndole que estaba acorralado en mala posición sin cartas en la mano, responsabilizándole de una eventual tercera guerra mundial. Y ahora va y se pregunta con sus pupilas azules qué le ha pasado al zar de Moscú, que no quiere parar la guerra.

Lo que le ha pasado a Putin eres tú, Donald. Y tu taco.

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