La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Esto no es solo fútbol, es historia

Esto une a El Arrebato y a Mendilibar: conquistar la gloria, empezando desde abajo, para dársela al Sevilla

Esto no es solo fútbol, es historia. Y no solo historia del Sevilla, sino de Sevilla. Y aún no solo del Sevilla y de Sevilla, sino de Europa. Nadie ha sumado siete títulos en una competición de gigantes. Le siguen Liverpool, Juventus, Inter y Atlético, que solo suman tres títulos. El Sevilla, se escribía ayer en este diario, “es el club que más veces ha conquistado un solo torneo en este siglo XXI”.

Muchos factores se unen en el logro de este resultado, todos con nombres propios, pero como lo mío es el cine y su música, doy una especial importancia al himno de El Arrebato. Cuando el Sevilla ganó su sexta copa en 2020 escribí: “No puede ser casual que tras aquella primera UEFA de 2006 en Eindhoven vinieran las de 2007 en Glasgow, 2014 en Turín, 2015 en Varsovia, 2016 en Basilea y esta de 2020 en Colonia. Directivos, entrenadores, jugadores y sobre todo Monchi son los autores materiales. Pero el aliento espiritual es de ese señor llamado Javier Labandón. Sin olvidar la soberbia producción musical de Rafa Almarcha quien, como él mismo dijo, puso el traje de la orquestación a una obra maestra”. Después de la séptima copa sigo pensando lo mismo. Un himno, por bueno que sea, no gana copas; pero expresa un sentimiento y una pasión que enardece a la afición, agranda a los jugadores y achica al adversario.

El himno de El Arrebato es a la vez el You’ll Never Walk Alone del Liverpool –que no deja de ser un mangazo del musical Carrousel– y del This is Anflield que colocó en el túnel del Liverpool el gran Bill Shakly “para recordar a nuestros muchachos para quién están jugando y a nuestros rivales, contra quién están jugando”. Es lo que logró Labandón con su himno, el mejor del mundo escrito para un equipo de fútbol: cantado en el estadio por los sevillistas recuerda a los jugadores para quién están jugando y a los rivales a quién se enfrentan.

Que se lo digan a Mourinho, con su maleducada soberbia por un honesto, modesto e inteligente trabajador del fútbol. Si ayer el compañero Juan Antonio Solís escribía que “seguramente le pasó por la cabeza una acelerada película de sus partidos de polvareda o de barro”, El Arrebato ha dicho: “Tuve que empezar desde cero, desde que con 14 años actuaba con mi grupo Piel Morena en veladas y asociaciones de vecinos”. Esto une a Labandón y a Mendilibar: conquistar la gloria, empezando desde abajo, para dársela al Sevilla.

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