La salve de la esperanza

25 de febrero 2016 - 01:00

HAY teóricos y especialistas de la sociología, que afirman que una generación comprende treinta años aproximadamente. Quizá, ese sea el motivo por el que ahora escribo estas líneas. En la Hermandad de San Francisco el próximo 18 de Diciembre se cumplirán esos 30 años de la primera vez que se interpretó, en la antigua capilla, la Salve de la Virgen de la Esperanza, que compusiera el que fuera director de la coral de la hermandad José Suviri sobre, una letra de Rafael Lopera. Fue en aquella función principal de instituto de 1987 cuando se cantó por primera vez y desde entonces, todos los actos importantes de la hermandad se han clausurado con el canto de la Salve de la Esperanza. Desde aquel entonces, ya ha pasado una generación de hermanos de San Francisco, que sabemos, que cuando un acto de hermandad termina, alguien entonará la Salve.

Evidentemente, este no es el momento ni el medio donde contar cómo se fraguo la composición de la Salve de la Esperanza, pero sí es el momento de reivindicar esas señas de identidad que une a los miembros de una hermandad a la hora de rezar a sus titulares. Desde que apareciera la Salve Regina, en el siglo XI, este rezo se ha convertido en el más extendido y popular de cuantos existen para rezar a la Virgen. Sobre la base de la letra de la Salve Regina se han escrito infinidad de salves dirigidas a distintas advocaciones marianas, las cuales, se han particularizado con elementos que definen a la hermandad a la que pertenece dicha advocación mariana. El soporte de la Salve de la Esperanza es la letra de la Salve Regina con detalles propios de esa devoción dentro de la Hermandad de San Francisco. Aquí en Huelva, tenemos varios casos de cómo una hermandad se une en el mismo rezar cuando se entona su Salve dedicada a su titular. En esta línea, las dos hermandades rocieras onubenses son claros exponentes y, por otro lado, la Salve de los Marineros, dedicada a la Virgen de la Cinta, que es un rezo tan extendido y tan metido en la idiosincrasia del onubense, que trasciende a la propia hermandad. Evidentemente, este tipo de rezos, son patrimonio de la hermandad que se deben de cuidar, sobre todo, cuando está asentando en la propia hermandad. Es verdad, que las cuatro imágenes de la Virgen coronadas canónicamente tienen un himno compuesto para sus respectivas coronaciones; el cual, no deja de ser una plegaria escrita para una ocasión que debe potenciarse y protegerse para que no se pierda, pero no debe convertirse en el canto para todos los cultos. En los cultos al Señor hay otros motetes más idóneos y la Salve es la oración por antonomasia para rezar a la Virgen.

En la actualidad un hermano de San Francisco aprende la Salve desde el primer momento. Lo mismo que pasa con la Salve de los Marinero o la Salve a la Virgen del Rocío de las dos hermandades de Huelva. Este tipo de Salve es el rezar de la gente sencilla, es el rezo de la unidad, de la concordia. Sus autores deben de pasar desapercibido, pues como dijo Manuel Machado el canto es del poeta hasta que el pueblo lo canta, pues después el poeta nada importa. Y así debe ser.

El 18 de diciembre se cumplirán 30 años de una generación de hermanos de San Francisco que saben que a la Virgen de la Esperanza se le reza diciendo en voz alta "Esperanza Marinera, Dios te Salve" y una voz única será eso; una sola voz en un mismo rezar.

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