Salvaje

Al llegar al otro lado del océano Cristóbal Colón, como se puede leer en sus Diarios, nos habla de la figura del salvaje. Una figura que se fue extendiendo en los textos posteriores dando lugar al concepto del buen salvaje. Salvaje, salvajes. Todo desde la mirada del otro. Curiosamente aquellos salvajes cultivaban el cacao, la patata, el tabaco, refinaban el oro y otras piedras preciosas, construían ciudades que hoy son patrimonio de la humanidad. Civilizaciones, imperios, a los que se denominaban salvajes. En realidad, como ustedes entienden, no lo eran. Simplemente vivían fuera de las normas de la sociedad que los miraba. A cambio tenían compromiso con lo propio, con la tierra, con el océano, con la naturaleza. Quizás, en el fondo, ese salvajismo estaba llenos de unos conocimientos que los hacían más libres. ¿Dónde están nuestras cadenas? ¿Qué hacemos frente a la injusticia? ¿Qué hacemos frente al amor? ¿Qué hacemos con el medio ambiente? ¿Cómo se mantiene el equilibrio para llegar al final de los meses? Tal vez vivamos en un bulo, y lo que necesitamos es volvernos salvajes. Sin estereotipos, modelos uniformes. Aquellos que difuminan su contorno para no ser reconocibles en el molde. Agitar. Ser. Nos han domesticado, nos volvimos mansos con una poción que tal vez sea veneno.

Por eso adoramos los ejemplos salvajes. Porque sabemos que es ahí. Por eso nos enorgullecemos de esos ejemplos, como Carolina Marín, ahora con un enorme mural sobre el pabellón que lleva su nombre, y que las semana que viene va a ser investida Doctora Honoris Causa por la Universidad de Huelva. Bien. Salvaje con su raqueta, salvaje en un deporte de asiáticos, salvaje siendo de Huelva. Y en pocas horas, otro onubense, estará comenzando en Sevilla una gira de conciertos con un nuevo disco y éxitos. Otro salvaje que nos muestra su pueblo interior. Un salvaje que desabrochó las pulseras de pintura para dar riendas sueltas a su música. Bien, Manuel Carrasco, bien por dejar claro que la combinación del esfuerzo, el talento y la fortuna no están reñidos con ser uno mismo. Son de aquí. El imposible no está en localizaciones remotas. Y la domesticación tiene caminos de vuelta (no necesariamente fáciles). Ojalá está provincia, sus municipios, sus gentes, respondan a los impulsos de dentro y no a los de fuera. Que desde el conocimiento y el talento, lleguen a ser lo que merecen. Ojalá se vuelvan pueblo salvaje.