Retratado

Hubo en las famosas primarias en las que Pedro Sánchez recuperó su posición en el PSOE, que vistas retrospectivamente, nos anunciaban casi como una premonición lo que podía venir. Una, la dijo Paco López cuando le preguntó a su oponente Sánchez: “¿Tú sabes lo que es una nación? “, el tiempo nos ha demostrado no solo que no lo sabía sino que tampoco le importa no saberlo, aunque sería curioso saber, a día de hoy, lo que él Presidente opina sobre Paco López, conociendo como conoce la “indignidad” y el servilismo del vasco.

La otra frase, se la encasquetó la, actualmente calificada como “jodida” Susana Díaz -si cabe, aún más significativa su frase- cuando afirmó: “¿Pedro, no te das cuenta de que el problema eres tú?”. Con el tiempo y el acceso al Poder, es notoria la observación de la andaluza, en estos momentos para una gran parte de españoles, incluidos muchos de sus socios aunque lo mantienen por propio interés y no porque compartan sus decisiones, su estilo personal, su impostora pública y la falta de respeto, aunque a veces sea recíproca, propia de un autócrata respecto a sus subordinados. Más bien, diría del “amo” hacia sus “esclavos”.

Lo que sucede y se está viendo a día de hoy, es que situado como está al límite de lo patológico, no ha calibrado el hecho histórico de la rebelión por parte del esclavo de confianza, de manera que por los hechos conocidos del servidor, ahora, es él quien tiene que ir a rebufo del otro día depositario ¿fiel? de sus desmanes, mentiras, insensibilidades… hasta convertirse en un temor rotundo ante mínimas conversaciones, descalificadoras de ministros y barones -menos mal que algunos forman parte de los Gobiernos más progresistas y feministas de la historia- “maltratadores”, “pájaras”,...

Ante esto y la ocultación de los motivos del cese y expediente de su ministro Ábalos, la recuperación con inclusión en la lista electoral, aún estando con expediente abierto y la trascendencia pública de los mensajes, aumentados en su impacto político con la concatenación de hechos y tras la “salvación “ Air Europa.

Mientras tanto, el dueño de los WhatsApps, lo está poniendo con la cúspide del conflicto, por más que niegue desconocer los hechos y, como tal, responsable político de lo acontecido de donde se deriva la evidente fragilidad, típica del prepotente cuando se ve acosado y no ve otra salida que incurrir en la contradicción de insultar, degradar al líder de la Oposición y su equipo, cuando él está rodeado de gente a las que ofende habiendo sido elegidas por él.

En definitiva, todo un galimatías de actuaciones y situaciones personales que le “retratan” como persona y dirigente.

Meloni, lo definió: “Si desprecia a los suyos, nunca va a respetar a los demás”.