La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

La rendición de Susana

Presumía de ser la garantía de la unidad de España y la igualdad, y ahora bendice al Gobierno que las pone en riesgo

Sin aún echar a andar 2016 Susana Díaz promovió una resolución del comité federal del PSOE prohibiendo que Pedro Sánchez se presentara a la investidura como presidente del Gobierno con independentistas y podemitas. Apenas iniciado 2020 Susana Díaz ha bendecido el gobierno de coalición de Sánchez con Unidas Podemos y la abstención de los independentistas catalanes.

¿Qué ha pasado para producir esta mutación? Porque es mutación: la organización territorial más poderosa del Partido Socialista, que blasonaba de ser garantía de la igualdad entre los españoles y dique de contención de los nacionalismos ricos, ahora jalea el pacto del socialismo español con los independentistas más insolidarios -incluso con Bildu- y más partidarios de la desigualdad y la asimetría entre los territorios de la nación (entonces decían nación refiriéndose a España). La ex presidenta de la Junta, que saltó a la escena política española como gran esperanza del constitucionalismo y baluarte de la unidad y la vigencia del sistema democrático consagrado en 1978, rinde pleitesía al líder socialista que más esperanzas despierta entre todos los enemigos de la Constitución.

Pues han pasado muchas cosas. Que Susana Díaz dirigió y lideró una operación exitosa de acoso y derribo del legítimo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, empeñado en no dejar gobernar a Mariano Rajoy y en gobernar él con los sospechosos apoyos ya comentados. Que Susana perdió el favor de los militantes socialistas en unas primarias que ganó Pedro. Y que perdió también la Junta de Andalucía después de 36 años de hegemonía de su partido.

Ahí están las razones de la mutación susanista. No en las alegadas públicamente esta semana: no se las creen ni la Susana que las inventó ni el Cornejo (Juan) que las leyó, como se hace en los casos en los que se quiere jugar con las palabras ambiguas. Los dos saben que el derecho a convocar consultas populares que recoge el Estatuto andaluz nada tiene que ver con el referéndum de autodeterminación que pretenden los secesionistas catalanes, que "el marco de la Ley, el Estatuto y la Constitución" no es lo que entiende haber firmado ERC con Sánchez, que Andalucía no negocia con el Gobierno de tú a tú y que la comisión bilateral Estado-Junta no responde al mismo concepto que la comisión Sánchez-Torra.

Sólo hay una explicación para la nueva Susana: se ha rendido para que Pedro no la quite. Aún no sé si ya lo han pactado.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios