Crónica Personal

El regreso de don Juan Carlos

Un Gobierno democrático no puede intentar la demolición de la Monarquía que ha sido votada por los españoles

Hace tres meses el rey Juan Carlos abandonaba España -así se lo pidió o más bien exigió Carmen Calvo al jefe de la Casa de S.M. el Rey- para instalarse temporalmente en Abu Dhabi. En la carta que envió a don Felipe explicaba don Juan Carlos que su decisión venía dada "por la repercusión pública que están generando acontecimientos pasados de mi vida privada", y "guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey".

En estos tres meses don Juan Carlos se ha sometido a una nueva operación y pasa la mayor parte del día en rehabilitación. Durante este tiempo han aparecido informaciones que aconsejarían su regreso a España para hacer lo que ha hecho siempre: afrontar las dificultades, asumir responsabilidades y defender personalmente la Corona.

Don Juan Carlos pasará a la historia como un gran rey; le correspondió ejercer la Jefatura del Estado en tiempos difíciles, en una España dividida socialmente tras una guerra civil devastadora y una dictadura que se prolongó durante cuarenta años. Su biografía, ejemplar en el aspecto institucional pues fue el impulsor de una nueva España, plenamente democrática, no puede quedar empañada por noticias demoledoras que, a falta de que culminen las investigaciones judiciales, le adjudican operaciones económicas que deben ser aclaradas.

Ningún Gobierno democrático debe ni puede bloquear iniciativas judiciales, aunque el de Sánchez lo ha hecho cuando le ha convenido. Pero tampoco puede un gobierno democrático intentar la demolición de la Monarquía parlamentaria, la forma de Estado constitucional votada por los españoles, utilizando los errores y quizá posibles delitos que haya podido cometer el anterior Jefe de Estado. Será la Justicia la que determine si los ha habido, no las terminales de un gobierno, el de Pedro Sánchez.

Uno de los mayores éxitos de don Juan Carlos fue que se enfrentó cara a cara con los problemas. Que demostró coraje cuando otros trataban de escabullirse, que nunca se arrugó ante la adversidad. Como decía en la carta que envió a don Felipe para comunicarle que se trasladaba fuera de España, siempre se ha movido poniendo todo su esfuerzo en trabajar por España y por la Corona. Quizá ha llegado el momento de regresar para comparecer ante quien haga falta y dar las explicaciones que considere necesarias. Sería la mejor manera de defender lo que siempre ha defendido … y de dejar sin argumentos a los que tienen como objetivo la abolición de la Monarquía.

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