Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Ultramar
La colmena
Dicen los que entienden (sí, yo también me pregunto quiénes son y si realmente saben) que la próxima gran pandemia que sufriremos los humanos no será por la sequía (esa también llegará) sino por la ciberseguridad. El Ayuntamiento de Sevilla todavía se está recuperando del golpe de los hackers holandeses (LockBit se hacen llamar) y me consta que, quienes han visto desde dentro la capacidad de desestabilización global a la que nos enfrentamos, ya están pensando en sacar unos miles de euros y esconderlos en casa.
No nos gustan los ricos. Es un signo de los tiempos. Da igual el país y el momento histórico. Y no tiene por qué. Pero imaginemos, hoy, un escenario apocalíptico de colapso financiero a escala internacional: mi madre, en mi pueblo, sería una nueva rica. No sé cómo lo hace pero sigue guardando como en la posguerra; siempre que hace falta tiene su colchón. En mi caso, tendría que mendigar. Entre la tarjeta táctil (que paga sola) y el móvil activado con el chip NFC (que ni pregunta), ya he pasado momentos de ruborizante desesperación. Esos en que falla la tecnología y no llevas ni un euro encima; aquellos en que pasan de tu dinero de plástico (porque sí) y cualquier otro que pudiera imaginar Philip K. Dick (el de Blade Runner y El hombre en el castillo) solo por fastidiar.
Con la crisis del Covid también arrastramos la de la información y, desde hace unas semanas, ya está la OMS con un nuevo aviso a navegantes: toca la de obesidad. Porque ya ha adquirido “proporciones de pandemia” (en Estados Unidos la sufren dos de cada cinco adultos y en Europa está entre las principales causas de muerte y discapacidad) y porque, una vez más, no es cosa de ricos sino de pobres. Como todo. Somos millones los que la intentamos esquivar jugando al acordeón (¿conoce a alguien que no haya hecho el ayuno intermitente?) y son unos pocos, muy pocos, los que hacen negocio. Apunte estos nombres: Ozempic y Wegovy. Hay una empresa farmacéutica en Dinamarca (Novo Nordisk) que los fabrica y solo sus ganancias han permitido al país nórdico sobrevolar la recesión. Resulta que funciona. Eso dicen las estrellas de Hollywood que ya no tienen que sufrir para estar en su peso ideal; sólo pagar...
¿Han visto Billions? Se la recomiendo. Son siete temporadas con un fiscal implacable y un multimillonario atractivo, orgulloso de lo que tiene y de lo que es. ¿Se atrevería a decir quién es el bueno y quién el malo? A mí me está costando...
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