Desde mi esquina

josé Antonio Vieira / roldán

El pregón

EL próximo domingo será el quinto domingo de Cuaresma y, como todos los años, los cofrades tendremos esa cita cíclica, que nos marca en nuestro calendario la proximidad de la Semana Santa. El próximo domingo será el quinto domingo de Cuaresma, ése, en el que la Huelva cofrade se congrega en el Gran Teatro para en la voz de un onubense, oír la gran proclama del pregón de nuestra Semana Santa. Es un acto más que afianzado en la agenda, no sólo cofrade, de Huelva. No en balde son ya setenta y un años los que se llevan pregonando nuestra Semana Santa. Fue en 1945 cuando Domingo Manfredi pregonó, por vez primera, la Semana Santa de Huelva y desde entonces, muchos son los onubenses que han pronunciado dicho pregón. Sin duda alguna, el Pregón de la Semana Santa es de esos actos esperado por todos los cofrades, desde el momento que se desvela el nombre del pregonero. Y, al igual que en sus inicios, el Gran Teatro, como en otros tiempos el Teatro Mora, la Caja de Ahorro, el cine Rábida, el Palacio del Cine…, se convierte en esa tribuna privilegiada desde donde se anuncia a toda la ciudad la grandeza y la hermosura de nuestra Semana Mayor. Este es un acto que los cofrades debemos de mimar y proteger por el calado social que tiene en la ciudad. Independientemente del acto en sí, el pregón es un gran acontecimiento que propicia el encuentro, la unión y la concordia, entre los poderes eclesiásticos y civiles de Huelva. Y es que la Semana Santa de Huelva es tan importante en la vida de la ciudad, que un acto, como el Pregón de la Semana Santa, sirve para que todos los sectores de la ciudad escuchen ese último aldabonazo con el que se anuncia la proximidad del Domingo de Ramos.

El pregonero, a pesar de todas las gentes que se congreguen en el Gran Teatro se sentirá solo y a la vez se sentirá arropado por el calor de una Huelva expectante, cómplice de sus palabras y de sus sentimientos. Todos en la voz del pregonero recorreremos cada rincón que nos describa, oiremos el palpitar de Huelva en cualquiera de sus esquinas al paso de algunas de nuestras cofradías. El día del pregón, todos seremos de todas las hermandades, porque el Pregón de la Semana Santa es eso, el pregón de todas las hermandades. La idea trasnochada de evaluar un pregón por lo que se haya dicho de la hermandad de cada uno debe ser descartada. El pregón es un acto universal, aglutinador y, por ello, se debe ir al mismo con actitud de cofrade de Huelva, donde todas las hermandades y cofradías forman parte de un cuerpo común en la voz del pregonero. El pregonero se sentirá solo, muy solo en el atril, pero a la vez sentirá la complicidad de los cofrades de Huelva. Esa es una de las grandezas de ser pregonero. Hace algunos años escribí en esta misma sección que el respeto a nuestro pregón y al pregonero se demuestra también apagando los móviles. El silencio debe imperar y solo la voz del pregonero debe campear por el Gran Teatro y el aplauso cómplice cuando se digan esas cosas bonitas de nuestros titulares, de nuestras hermandades… de Huelva en Semana Santa. Será el próximo domingo, quinto de Cuaresma, a esa hora mágica del mediodía; la del Ángelus, cuando Huelva, en la voz de uno de sus hijos pida la venia a sí misma, para anunciar que en sólo siete días comenzará la Semana Santa. Disfrutemos de nuestro pregón, respetémoslo, seamos cómplice del sentir del pregonero.

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