Prefiero la cesta de Navidad

23 de octubre 2025 - 03:06

Decreto-ley 555/2025 de 23 de octubre, por el que se adoptan medidas de prohibición y anulación de cualquier comida o cena organizada por la empresa en Navidad, con el único objetivo de salvaguardar la salud mental y laboral en el ámbito de las relaciones profesionales e interpersonales.

Ya empiezan a sonar los teléfonos de aquellos restaurantes que cada año acogen a hordas de asalariados vestidos de domingo y que rezan a Santa Rita para que no les toque sentarse a comer al lado de su jefa o jefe. – ¡Oh! Santa de lo imposible, patrona de los necesitados, no permitas que me den la cena, con las pocas ganas que tengo de ir… – Por supuesto, los autónomos no van a perder su tiempo ni el poco dinero que tienen invitando a comer a sus empleados, si es que los tienen.

Este año, según el Decreto que me he inventado, se prohíben las cenas de empresa. ¿Quién tiene ganas de salir de fiesta con la gente a la que ve cada día del año? A lo mejor me equivoco y eres tú una de las personas que disfruta de estas salidas; quizás es la única oportunidad que tienes para salir de fiesta, tienes familia y aprovechas esta ocasión única para que el aire acaricie tu rostro y puedas dejar de ser por unas horas madre, padre, esposa, marido y comer y beber en exceso, bailar y reírte hasta de tu propia sombra; no quisiera yo que renunciaras a este planazo, si para ti lo es.

Los expertos aseguran que el ambiente distendido de estas celebraciones mejora la motivación, la comunicación y las relaciones laborales. Pero, sinceramente, si de verdad quieres motivar a tu plantilla, no los invites a comer, regálales un buen jamón.

Según un estudio de la World University de Benalmádena, parece que hay más cenas de empresa que empresas, una paradoja estadística que, aunque no sea cierta, podría perfectamente serlo. Lo que sí es real es que el 69 % de los encuestados en otro estudio admite haber tenido algún desliz en su cena de empresa y haberse arrepentido durante todo un año; hasta el siguiente, claro, cuando volvieron a caer con la misma persona.

Que no, que la mayoría de las personas no quieren cenar con sus colegas del trabajo. Lo que quieren es abrir su cesta de Navidad, alegrarse porque este año han incluido un buen queso, beberse una copa de vino y ver una película repantingados en el sofá: llega una edad en la que hay que elegir las batallas.

Phyllis Diller, comediante, actriz y escritora americana, decía que lo que menos le gustaba de las cenas de empresa era tener que buscar trabajo al día siguiente. Todo dicho. ¡Feliz jueves!

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