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ENTRE el 19 y el 28 de septiembre se ha celebrado en Cádiz un evento de primer nivel, Gades Romana, que durante diez días ha abarcado diferentes disciplinas para dar visibilidad a su pasado romano, reivindicarlo y celebrarlo. Toda la ciudad se ha volcado en un festival cultural, lúdico y turístico, con todo lo necesario para movilizar a la propia población gaditana y para atraer también visitantes.
El Ayuntamiento de Cádiz, organizador del evento, asegura que con él aspiraba a “reforzar el valor histórico, cultural y patrimonial, en este caso del pasado romano de la ciudad”. De hecho, el programa ha sido coordinado académicamente por la Universidad de Cádiz, con un catedrático de Arqueología al frente junto al arqueólogo municipal. Así se ha garantizado una base cultural y científica con la que desarrollar igualmente actividades artísticas y lúdicas integradoras, para todas las edades e intereses, que han permitido a los gaditanos vivirlas con intensidad todos los días.
El balance municipal apunta a unas 139.000 visitas cuantificables en diferentes actividades de un amplio programa: una decena de exposiciones en diferentes espacios de la ciudad, conferencias, mercados y experiencias gastronómicas, recreaciones temáticas, espectáculos escénicos y musicales, rutas teatralizadas y mucha vida al aire libre en las calles y plazas de la ciudad.
Cádiz, orgullosos de nuestra historia es un programa con un desarrollo inicial de cuatro años, dedicado a una etapa diferente de la historia de la ciudad. Antes de Gades Romana fue el año pasado Cádiz Fenicia; en 2026 será turno de Cádiz y América, y el siguiente, el de otro periodo local apasionante, la Cádiz de 1812, y la aprobación de la Constitución, la Pepa, en sus Cortes.
Puestos en situación con la experiencia gaditana, la pregunta brota enseguida: ¿por qué no hacerlo en Huelva?
Tenemos aquí abierta una herida en la ciudad que requiere de atención seria y contundente; grandes acciones que, como en Cádiz, reivindiquen su rica historia y su legado ante nosotros, los propios onubenses, y ante el resto del mundo.
Con un Museo Arqueológico no basta. Con dos, tampoco. Ni con centros de interpretación añadidos. Todos suman pero no son suficientes. Es necesario un golpe de efecto para que haya consciencia de nuestro pasado, valoremos esa historia única que conforma nuestra identidad y difundamos el valor de nuestra tierra ante los demás.
Huelva, como Cádiz, debe estar muy orgullosa de su historia. Ambas son dos de las ciudades más antiguas de Occidente, y aquí también en Huelva hay un extenso pasado que debemos descubrir y valorar, con mucho por hacer tras años de olvidos y maltratos.
El ciclo en Huelva puede ser amplio. Temáticas posibles son las prehistórica, tartésica, fenicia, romana, musulmana, americana, británica... Hay una lista extensa de épocas y pueblos presentes en el particular adn onubense de los que debemos conocer y presumir.
En ese rico pasado destaca Tarteso, mítico y espléndido, más enraizado en Huelva que en ningún otro lugar, y necesitado de la reivindicación y proclamación aquí frente a otros que se arrogan un protagonismo no tan importante ni concluyente. Nuestro orgullo por la Onuba Tartésica debe ser motor de un evento como éste que nos sitúe en el mapa definitivamente junto al resto de una singular y envidiable historia.
No tengamos complejos ni miedo a la imitación. No hay copia si la iniciativa original es positiva y se puede trasladar con al menos las mismas garantías de calidad que lleva al éxito seguro a todos los niveles. La fórmula es la misma: implicación máxima de las instituciones y el sector privado, y la participación decisiva de los expertos de la Universidad para asesorar, diseñar y crear un evento que defienda y muestre nuestra historia con rigor y conocimiento.
El presupuesto total de Gades Romana ha rondado los 700.000 euros. Detrás ha estado el Ayuntamiento de Cádiz, como promotor, con la colaboración de la Diputación gaditana, la Junta de Andalucía, el Puerto y las fundaciones Cajasol y Caja Rural del Sur.
En Huelva es necesaria una alianza similar o mayor. Sólo con ambición, colaboración y generosidad puede llegar un evento de este calado con un gran rendimiento intelectual y económico para la ciudad, proyectada por su valor histórico. Es hora de hacerlo y muy bien.
Sería éste un gran inicio para impulsar más iniciativas en favor del patrimonio y la arqueología en la ciudad, sea con la recuperación y exhibición de restos en las calles, en los cabezos, o con esos nuevos museos que seguimos esperando sentados. Se han dado pasos, como en San Pedro, pero hacen falta más. Y esta Onuba Tartésica puede ser la escenificación de un nuevo tiempo en el que Huelva presuma de su pasado sin darle más la espalda.
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