El órdago estéril de Núñez Feijóo

Alberto Núñez Feijóo comparece para convocar una manifestación y ofrecerse para una moción de censura.
Alberto Núñez Feijóo comparece para convocar una manifestación y ofrecerse para una moción de censura. / Europa Press

EL PP de Alberto Núñez Feijóo conminó ayer a los españoles a elegir entre mafia y democracia: no cabe dudar. El jefe de la oposición y del primer partido de España cree que las sospechas de corrupción que cercan al Gobierno de Pedro Sánchez exigen movilización ciudadana. Es cierto que ningún primer ministro seguiría en el cargo en una democracia homologable en la situación que está Sánchez y que asquean las revelaciones de las maniobras de una militante del PSOE para destruir a los jueces, fiscales y periodistas que investigan los casos que afectan a su esposa, su hermano, su otrora lugarteniente en el Gobierno y el partido y “su fiscal” general del Estado. Pero Sánchez seguirá.

El propio Feijóo lo asume: además de instar a tomar la calles para protestar ante la descomposición del sanchismo a la que asistimos, el político gallego se ofrece para liderar una moción de censura ante la certeza de que el presidente ni dimitirá ni convocará elecciones anticipadas. Al hacerlo, el líder del PP señala a los partidos que apoyaron la única moción de censura que ha prosperado desde la restauración democrática: el 1 de junio se cumplirán siete años de la llegada de Sánchez a La Moncloa como adalid contra la corrupción, por una sentencia que ni siquiera era firme y de hecho el Supremo modificó. Su órdago es estéril.

Si busca poner en un brete al PNV –el traidor de 2018– u otro de los partidos que permitió a Sánchez ser investido en noviembre de 2023 sin ganar las elecciones, lo único de utilidad que puede hacer es arriesgarse: presentar esa moción de censura y forzar a que los nacionalistas y las fuerzas a la izquierda del PSOE tengan que retratarse. Sólo así tiene sentido movilizarse: acudir en masa a la calle para decirle a todo el arco político que ya está bien, que no sólo se ha modificado el Código Penal, se ha violentado la Constitución con una amnistía no prevista por sus ponentes y se han asaltado las instituciones para mantenerse en el poder, sino que éste se ejerce, a la vista de las revelaciones que conocemos, para cometer actos que se investigan como corruptos. Feijóo dice haber convocado un congreso de su partido para fijar principios que le distingan con nitidez del sanchismo y prometer regeneración. Pero nadar y guardar la ropa le resta credibilidad.

El argumento de que Sánchez tomará aire si supera una moción de censura es muy endeble ante la grave situación que denuncia. Y no sería el primer presidente del Gobierno que llega al cargo tras perder una moción de censura.

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