La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

Los neotontos agendan

Si usted no tiene entorno ni agenda para bloquear fechas, acuda rápido al médico y que lo mire con urgencia

Durante años me crucé con frecuencia por la calle con un sacerdote que al acertar mi presencia me despachaba siempre desde la distancia: "¡Adiós, me alegro de verte, no me paro que voy con mucha prisa!". Siempre iba con el andar acelerado, casi en una sobreactuación histriónica. Un día, un poquito ya harto, le espeté: "Padre, ¿a usted qué le hace suponer que yo sí puedo pararme a saludarle y perder unos minutos de mi tiempo. ¿Qué le hace tener tan claro que su tiempo es más valioso que el mío?". El hombre se quedó como un yogur pasado de fecha. Una cosa es el respeto a la edad, la sabiduría y el gobierno, que se enseñaba antaño, y otra presuponer ciertas premisas que rozan en la mala educación. Las cosas hay que decirlas porque de lo contrario se crían gatos en la barriga. Y los felinos comen mucho pescado. Y el buen pescado está carísimo. Casi como la luz. El sentido de superioridad no lo muestra sólo esa gente que siempre lleva prisa o que tienen las "agendas" ocupadas como si fueran ministros de Franco. ¿Ustedes se han dado cuenta la de gente que tiene agenda? La tienen hasta los críos con tantos cumpleaños y tantas estúpidas puestas de largo que imitan a las que organizaban de verdad los antiguos señores. Lo de ahora son botellonas pretenciosas pagadas por los papás. Aquí el que no tiene agenda es tonto o necesita de un "entorno". ¿Usted no tiene entorno? Pues pida cita al médico y que se lo miren. ¿Y qué me dicen del que te ve en un acto, una boda o presentación de libro y te pregunta qué haces allí? Hay que responderle rápido: "¿Y tú?". Es otra muestra de superioridad: creerte con derecho a cuestionar la presencia del prójimo en el mismo sitio que está usted. Una vez le respondí al que me preguntó eso: "Es que soy amigo del sacristán, que me chiva si hay bajas entre los invitados a la boda y me cuela en el convite". El tontucio me siguió la corriente. "¿Ah sí?". Háganme caso, cómprense una agenda y así podrán presumir de estar muy ocupados. Cuando les citen a un sitio tienen que responder afirmativamente de la siguiente forma: "Lo agendo ya y te bloqueo el día". Y acto seguido suspire por la carga de trabajo que tiene. Es usted una persona ocupadísima que se pasa el día hablando de su agenda cuando nadie, absolutamente nadie, le pregunta por ella. Como el cura que siempre tenía prisa sin que nadie lo parara. Aquí se trata de darse importancia de forma natural. Y a agendar, agendar, que el mundo se va a cabar. Agende, que es de lo que se trata. Y después, a bloquear y a suspirar.

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