Ansia viva

Óscar Lezameta

olezameta@huelvainformacion.es

El mojón como unidad de medida

Alberto Fernández instaura una nueva unidad en el sistema métrico aunque con el dinero de todos nosotros

Decía mi admirado Juanma Marqués que durante el transcurso de las Primarias del PSOE andaluz, aquellas que parece que ocurrieron en los albores del siglo XVIII y que supusieron la entronización de Susana Díaz -desde entonces no ha dado una la mujer- que el alcalde de Jun que parecía postularse al cargo, había inventado dos nuevas unidades de medida, "el puñao y la furgoneta" en referencia a la cantidad de votos que venían en camino hacia Sevilla y que darían un vuelco a la situación y que se quedaron en alguna curva de la A-92. Por cierto que inolvidable fue la cara de la presentadora matutina de Canal Sur, cuando Marqués soltó aquello de "este tío es un friqui" segundos después.

Pasado el tiempo, otro digno de tal calificativo, ha tenido que sumergirse en una protesta agrícola e hidrográfica en Lucena, para añadir otra unidad a nuestro particular sistema métrico. En un vídeo que uno todavía no comprende cómo hay alguien que lo defienda y que el protagonista que ocupa un cargo hace un cuarto de hora después de que en su pueblo no le quisieran volver a ver de alcalde siga en su sitio , se asegura que "150 millones de euros es un mojón", así repitiéndolo varias veces para que conste y con palmaditas para asegurar que "yo sé de esto, que llevo muchos años en lo público". Al susodicho se le ha olvidado decir que ese dinerillo de ná, el mojón vamos, es nuestro, vamos de todos los que trabajamos y pagamos nuestros impuestos, pero al calor del momento, un descuido lo tiene cualquiera.

Según esto, el presupuesto del AVE a Sevilla serían algo más de 7 cagarrutas; el desdoblamiento del túnel de San Silvestre, medio zurullo y entre la presa de Alcolea, la Huelva-Zafra, los accesos a los Chares, la rehabilitación de Hacienda, el Museo Arqueológico y el materno-infantil, completamos el truño entero.

Por cierto, a todos los aplaudidores de semejante disparate, una recomendación; cuando pinten bastos, es decir, cuando a alguien comience a hartarle una situación en la que, sencillamente, se incumple una resolución judicial (por mucho que el ínclito diga que no aparece por ningún lado), llámenlo a ver dónde están sus bravatas, porque quien lo va a pagar son ustedes, aquellos que "lo están haciendo de puta madre". La política es el arte de las formas y en Huelva y en ese partido se han perdido hace tiempo. Desde hace unos días, hasta huele mal.

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