Una de las mayores preocupaciones que tienen los progenitores en la educación de sus hijos es evitar que se relacionen con amigos que puedan originarles malas influencias y derivarlos hacia un estilo de vida, peligroso, insano o ilícito, todo ello en el convencimiento de que las amistades son las que condicionan en gran medida la formación de la persona, sus valores, sus gustos y sus afectos. El refranero popular lo recoge en el dicho, dime con quién andas y te diré quién eres, dado que los individuos tienden a mimetizarse en comportamientos e ideologías con sus grupos de convivencia y terminan pareciéndose unos a otros. Esto que es algo tan evidente en nuestra vida social no parece entenderse de la misma manera en el ámbito político.

Así y obviando todo lo anterior, el gobierno de nuestro país se rodea de amigos que ejercen sus influencias en las actuaciones que tiene encomendadas en sus labores, adoptando como propios determinados comportamientos difíciles de entender incluso por sus votantes.

Rodearse de antisistemas, anarquistas, separatistas o bolivarianos no parece la mejor de las influencias para nuestro niño llamado España, todas estos amiguitos de una u otra manera tienen entre sus objetivos la desaparición de las estructuras que sustentan el estado o directamente romper con el status quo establecido como país, buscando ni siquiera se sabe qué.

Esta situación nos puede hacer plantearnos si realmente nuestro gobierno piensa que sus socios actuales son los que elegiría un buen cabeza de familia para sus hijos, si estas son las influencias adecuadas que necesita un país que busca progresar en base a la Constitución y de las leyes, si merece la pena contentar las peticiones de determinados colectivos minoritarios que representan a una parte de la población en contra de la opinión de una gran mayoría que observa, en ocasiones atónita, como se atacan sus valores, si es de recibo que nos traten de convencer de que cualquier personaje histórico que venga de fuera es un ejemplo a seguir y hay que defenderlo y resulta que los nuestros son canallas colonizadores que solo hicieron daño al mundo, si cualquier festividad o costumbre de otro entorno cultural debemos acogerla y promocionarla pero a cambio debemos renegar de las nuestras por ancestrales y retrógradas, si los repúblicas son las únicas opciones de países civilizados y modernos y las monarquías son propias de países opresores, si cualquier religión no puede ser ofendida y merece respeto salvo que sea la católica.

No parece razonable que después de tantos siglos de historia estemos tan equivocados en tantas cosas la gran mayoría de españoles. En España la familia siempre ha sido el pilar social fundamental, cada familia ha tratado de procurar para sus hijos las mejores influencias posibles para su desarrollo porque una madre y un padre solo quieren lo mejor para ellos. Un país es al fin y al cabo una familia de familias aunque si lo pienso, siguiendo los nuevos cánones de lo políticamente correcto la familia también es un concepto que está desfasado…quizás sea más fácil cambiarse de país.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios