Si algo caracteriza el desarrollo socioeconómico del mundo en la entrada del segundo milenio es la globalización de la economía mundial, acontecimiento facilitado fundamentalmente por la irrupción de internet en nuestras vidas. Pocas innovaciones en la historia han tenido tanta repercusión en la sociedad como esta, cambiando hábitos de compra de la población y estableciendo unas nuevas relaciones entre el mundo de la empresa y los consumidores.

Esto es fácil de percibir porque lo constatamos en nuestro diario, pero lo que no todo el mundo percibe es, que esta revolución global no hubiera sido posible sin el soporte logístico necesario para el transporte de millones de toneladas de mercancía de un lado a otro del mundo en tiempo y coste razonables. Es decir, si esta mercancía no hubiera llegado a nuestros hogares en tan corto tiempo y a unos costes adicionales tan bajos, internet no habría tenido la repercusión económica global que ha conseguido, y los efectos de la globalización hubieron sido mucho menores. A pesar de estos logros el mundo de la logística de transporte se encuentra en pleno proceso evolutivo, y teniendo en cuenta que el éxito de la globalización depende totalmente de la logística, no les quepa la menor duda de que en unos años este sector alcanzará unos desarrollos sorprendentes. El primer reto es reducir aún más los tiempos de transporte y abaratar el proceso de entrega de las mercancías, y en ambos aspectos ya está desarrollada la tecnología que lo hará posible. El principal hándicap de este reto es que esto solo se consigue reduciendo al máximo el factor humano en la cadena logística, por tanto, lo que se está planteando es sustituir por máquinas lo que hoy, todavía hacen personas. El invento que va a permitir este avance se le conoce popularmente como drones, y si bien esta tecnología inicialmente se empleó con fines lúdicos hoy tiene cientos de usos industriales, y es la misma tecnología que elevándola a su máxima expresión conseguirá que los aviones en el futuro, ya no muy lejano, sean no tripulados, permitiendo de esta forma realizar vuelos alrededor del mundo, transportando millones de envíos de mercancías sin las limitaciones de jornadas laborales, descansos, ni turnos de trabajo. Hay que valorar igualmente, que todo este desarrollo también será aplicable a barcos, camiones y cualquier vehículo susceptible de transportar carga. Estamos en medio de una nueva revolución tecnológica que cambiará la logística a nivel mundial, pero requiere antes de que sea una realidad, de muchas pruebas, de muchas homologaciones y de muchas certificaciones oficiales que garanticen la seguridad y viabilidad de estas nuevas aeronaves para su explotación comercial. Podemos afirmar que el lugar donde se concentren estos desarrollos y homologaciones será un nuevo Silicon Valley, en este caso de vehículos no tripulados. Y esto es precisamente de lo que trata el proyecto CEUS, un proyecto que puede conseguir que Huelva sea ese nuevo Silicon Valley que nos garantizaría una actividad económica de alto valor añadido, medioambientalmente sostenible y que ofrecería una nueva perspectiva de futuro no solo a Huelva sino a toda Andalucía Occidental.

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