Más sobre Leire y los otros

La esquina

5degradación. Oír a la vicepresidenta del Gobierno y a dos ministros pata negra lanzando bulos procedentes de seudomedios –alusión incluida a la bestia negra Ayuso– ha culminado, por ahora, el proceso de degeneración institucional y política que está suponiendo el paso de Pedro Sánchez por el poder. No hay institución ni organismo a cuya independencia no haya metido mano desde que perdió las elecciones generales y se empeñó en seguir gobernando apoyándose en la izquierda más radical-vetusta y en el nacionalismo más extremado. Repaso somero: ha ido colonizando la Mesa del Congreso de los Diputados y el Tribunal Constitucional, el Banco de España y empresas estratégicas como Red Eléctrica, Indra y Telefónica, la televisión y la radio públicas y la agencia EFE, la diplomacia y el Centro de Investigaciones Sociológicas. Ha combatido a la prensa independiente y a los jueces que se atreven a investigar las corrupciones presuntas de sus allegados, y domesticado a la Fiscalía General. No para hacer políticas progresistas, sino para mantenerse en la Moncloa. ¿Qué tiene de progresista darle una amnistía a medida a un prófugo que quiso dar un golpe de Estado y lidera un partido antiespañol, reaccionario y xenófobo, o acometer la vuelta de la telebasura a TVE?

6. Desconcierto y miedo. Muchos socialistas viven la situación desconcertados y temerosos. Sienten que el partido se está convirtiendo en una partida. No hay ideología, sino intereses personales y familiares de un Líder en apuros (¿se han fijado en lo desencajado que aparece ahora en público?). No hay debate interno, sino obediencia y consignas. En la cúpula del Gobierno y del partido no existen dirigentes que debatan, sino costaleros que vitorean y ejecutan órdenes Los más atrevidos expresan un temor compartido: la desnaturalización del socialismo español tardará años en revertirse y la pagarán a corto y medio plazo todos los candidatos socialistas que compitan próximamente en las elecciones autonómicas y municipales. El efecto Sánchez va a ser esta vez un efecto de arrastre.

7. Feijóo, el mejor aliado. Paradójicamente, quien más ayuda a Sánchez en su actual zozobra es el jefe de la oposición. Se le enfrenta con brocha gorda, lo llama capo de la mafia y denuncia que manda en una organización criminal. Le organiza manifestaciones callejeras, como si no existieran el parlamento y las mociones de censura.

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