El zurriago
Paco Muñoz
Me dais asco casi todos
QUIROGA
'NO MOLESTAR'
Multicines El Condado Cinemas 7.- Producción: Francia, 2014.- T.O.: 'Une heure de tranquilité'.- Duración: 79 minutos.- Dirección: Patrice Leconte.- Guión: Patrice Leconte y Florian Zeller basado en la obra teatral de Florian Zeller.- Fotografía: Jean-Marie Dreujou.- Música: Éric Neveux.- Montaje: Joëlle Hache.- Intérpretes: Christian Clavier, Carole Bouquet, Valérie Bonneton, Rossy de Palma, Stéphane de Groodt, Sébastien Castro
Naturalmente la película no es Una hora de tranquilidad como originalmente se titula esta producción francesa. Es algo más pero no mucho porque la película no dura más que 78 minutos, que es una buena duración cuando además asegura diversión, mucho entretenimiento y carcajadas. No en vano el protagonista es el de uno de los éxitos taquilleros de la temporada no sólo en Francia sino también aquí en España, donde el film ha permanecido en cartelera hasta hace muy poco tiempo: Dios mío ¿pero qué te hemos hecho? (2014). Verán una vez más que, salvo raras excepciones, una película francesa se estrena en los cines españoles cuando viene precedida de un triunfo taquillero en las salas de nuestros vecinos del norte. Y ésta lo ha sido.
Tiene además el aliciente, que puede atraer a muchos cinéfilos, de que su director es Patrice Leconte, que tiene en su haber un título extraordinario, realmente adorable, El marido de la peluquera (1990). Leconte, que vio como tantos franceses la obra de Florian Zeller, Une heure de tranquilité en el Theátre Antoine de París, escrita especialmente para el actor Fabrice Luchini, que fue su protagonista, no sólo se enamoró de la pieza teatral sino que se empeñó en llevarla a la pantalla. Esto es lo que vemos ahora aunque protagonizada por otro gran intérprete del cine francés, Christian Clavier, que encarna a Michel, un coleccionista de discos de jazz, que ha encontrado la grabación de sus sueños. Cuando llega a su hogar y se dispone a disfrutar de una hora de apacible escucha de tan ambicionado registro, todo se complica. Su familia parece haberse propuesto no dejarle ni un segundo de tranquilidad. Todos parecen tener otros planes y todos consiguen molestar al protagonista, manipulador y mentiroso, que trata de tener un tiempo tranquilo en la mañana.
Patrice Leconte con un agudo sentido de la actualidad nos brinda una jocosa alegoría de esta vida frenética que vivimos. El título del ansiado disco que en la ficción es My myself and I, es realmente una acertada metáfora de la época. Y es también un empeño admirable sobre tan nimio pretexto argumental. Es efectivamente una historia de lo más simple pero dispone de los mejores gags con que pueda contar una comedia. Y todo ello a pesar del continuo movimiento de cámara, a veces obsesivo, quizás en función de ese cúmulo de sucesos que atentan contra la deseada tranquilidad del protagonista: obras de fontanería en la casa, su esposa que quiere hablarle, su hijo que aparece inesperadamente, un vecino que aporrea la puerta, incluso su propia amante que requiere su atención, la chacha española -¿cómo no?- que no podía faltar. Todos son pasajes que aportan gracia, espontaneidad, aires de divertido vodevil, desenvoltura, humor y ocasiones de reír para el público.
Patrice Leconte demuestra una vez más su agudeza e ingenio, haciendo de una historia aparentemente trivial de las que acontecen a diario, una comedia jugosa, ingeniosa, desenfadada, de una extraordinaria comicidad, que, en estas calurosas tardes del verano uno desea ver. Sin más pretensiones que divertir con mucha gracia. Acertada interpretación tanto del gesticulante Christian Clavier como del resto del reparto, incluida la española Rossy de Palma.
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