Las graduaciones

Pues nos adentramos en el mes de junio y con él se van cerrando los cursos académicos. El calor aprieta y ya nos empuja afuera de las aulas. Paralelamente, como flores silvestres, eclosionan las graduaciones. Aquí y allá, en los distintos niveles: Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y las de Grado en las universidades. Poco a poco se ha ido imponiendo esta tradición que a algunos nos suena a externa. Los royalties de Pompa y circunstancia se deben disparar en estas fechas.

Históricamente los ritos de paso han estado bajo la gestión de las religiones, y no seré yo quien me queje de que ahora se amparen en el proceso del saber, del conocimiento, del aprendizaje. Bien hallados. Está bien celebrar, y está bien celebrar los logros académicos. Reconozco que al principio me chocaba tanto engalanamiento, el que el alumnado faltase a una mañana lectiva para ir a citas de peluquería y estética, la transformación de los chándal, camisetas y zapatillas de deporte en trajes y vestidos. Magia. Como la conversión de este rancio negacionista de las graduaciones al comprobar lo que para ese alumnado supone: esa superación y esa despedida. Las mejores galas para un acto elevado. Porque es fácil caer en el proceso. Y lo más importante, es transformación; es lo conseguido y lo que queda por delante, otro reto aún por ser jugado. Se rompe un límite y se abre un infinito. No se ve la siguiente pared a derribar.

No obstante, el diccionario de la lengua española define graduación como: acción y efecto de graduar. Y siguiendo el rastro de miguitas semánticas, vemos graduar, verbo transitivo, donde sus dos primeras acepciones nos lo dejan claro: 1. Dar a algo el grado o calidad que le corresponde. 2. Dar a algo el grado o calidad que le corresponde.

Y si nos quedaba alguna duda, ¿qué es un grado? Cada uno de los diversos estados o niveles que, en relación de menor a mayor, puede tener algo. En eso consiste, superar etapas, demostrar la calidad académica y humana. Así que, a quienes en estos días sois partícipes de alguna graduación, enhorabuena. Habéis subido de nivel. La vida aún os espera para ver hasta dónde podéis llegar. Sed lo que queráis, luchadlo aunque no siempre se consiga. Alimentaos del hambre. Alimentaos de los grados ya conseguidos. Adelante. No dejéis de graduaros, de escalar, de sumar conocimientos y de poneros las mejores galas. Es vuestro marchamo de calidad. Recordaos como estos días, celebrando la superación, y ánimo para el siguiente nivel. Os deseo lo mejor.

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