Opinión

Manuel S. Núñez

¿El futuro en manos de los políticos? Vaya desgracia...

25 de noviembre 2014 - 01:00

EL deporte onubense hace años que vive sumido en la oscuridad y pocas veces se enciende la luz en una ciudad que, aunque parezca increíble, contó con un Recre en Primera, acogió partidos de la Liga ACB, una etapa de la Vuelta Ciclista a España, vio su nombre pasear por Europa gracias al voley... Parece que fue hace un siglo, pero no hace tanto.

Uno de los pocos oasis en el desierto es el Club de Bádminton IES La Orden, que desde la nada ha llegado a la cumbre. Un proyecto netamente onubense que se ha ganado a pulso todos los éxitos que le han llegado. Pero por muy bien que se hagan las cosas, todo depende del tema económico, y desde el club temen que se repita la historia y pase a ser un nuevo Aguas de Huelva de voley o Ciudad de Huelva de baloncesto.

Pero en esta ocasión es poco, muy poco lo que se necesita para mantener el club. Son cantidades mínimas comparadas con otros deportes y sólo hace falta un poco de (buena) voluntad para que se arregle la situación.

La pena es que la suerte del club está en manos de los políticos, al igual que le pasó al baloncesto y al voleibol. Y si el club está en la máxima categoría, desgraciadamente la categoría de los político no es la misma, está varios escalones por debajo. Cuando me enteré de la noticia lo primero que pensé fue en Emilio Martín, alguien 100% made in Huelva, oro, plata y bronce en un Mundial de duatlón, varias veces campeón de España, y que no pudo participar en el último Europeo por falta de apoyos.

Eso sí, cuando llegan los éxitos, todos sin excepción (entiéndase Ayuntamiento, Diputación, Junta de Andalucía...) se pelean por hacerse la foto y salir en los medios de comunicación. El último ejemplo, Carolina Marín, que por cierto juega al bádminton y nació deportivamente en el IES La Orden.

Le deseo lo mejor a Paco Ojeda y todos los que forman el club. Ojalá pronto encuentren un patrocinador, porque con lo bien que lo han hecho hasta ahora, también es mala suerte depender de los políticos.

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