Fontanerías

Por montera

Las cosas que le pasan a una, que he tenido que llamar para arreglar un grifo que goteaba. Si el tiempo fuese nuestro, qué lujo añorado, lo habría hecho yo misma, que presumo de manitas. Pero, ay, las jornadas laborales extensas te obligan a delegar tareas. De modo que me metí en internet y llamé a una empresa de arreglos que cubre las distintas tareas que las eventualidades de una casa exigen. La empresa se llama Plataforma Sindicada de Oficios Especiales, nombre demasiado pomposo, quizá. Pero afirman en su web que tienen más de cien años de experiencia y, bueno, accedí. Solicité el servicio y, con premura, se me presentó una señora en nombre de la firma, la fontanera, de mediana edad, con su caja de herramientas, las piezas necesarias y una sonrisa en la cara que hacía de sus ojos pequeños dos rayas apenas insinuadas. Y ahí que se puso a sus fontanerías. Me fue extrañando el tiempo que le llevaba el asunto, y cuando sobrepasó las dos horas, recordé sus afanes y salí de mis quehaceres. ¿Va todo bien, señora? Sí, no se preocupe. ¿Tiene usted un papelito?, me pidió. No supe bien para qué, pero se lo di, y ella continuó con lo suyo. Yo salí, estuve varias horas por platós y radios y, al regresar, me encontré con que la fontanera había convertido el cuarto de baño, antes sólo doliente de un grifo, en un marasmo imposible. Espere, me dijo, que voy a la central con este pendrive donde está todo lo necesario para arreglar esto. Y se marchó. Al día siguiente, con el baño en rebeldía y, por supuesto, el grifo goteando, llamé a la Plataforma Sindicada de Oficios Especiales. Pregunté por la fontanera. Arguyeron que no sabían nada de ella. No puede ser, me dije, y me personé en la sede, donde acabaron admitiendo que sí, que la habían tenido como empleada pero que el día anterior, al regresar de intentar arreglar cierto grifo, había pedido la baja voluntaria. No me dan solución. Me remiten a ella, que no responde. Ahora sigo padeciendo goteras, en plural, y tengo el cuarto de baño empantanado. La siguiente vez no llamaré a nadie, pero esto que dejan a ver qué solución tiene. Va para largo. Va a costar. Será caro. La culpa es mía por confiar en quien no debía... Por lo visto, todo el bloque está como yo, toda la ciudad, todo el país. Aquejado de goteras y fontanerías.

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