Festivales de España

Las dos orillas

Nadie lo ha reconocido, pero en este país han recuperado los Festivales de España. Los más viejos del lugar recordarán que se celebraban en los tiempos de Franco, con espectáculos de teatro, música y danza. Incluso bailaban sardanas catalanas y muñeiras gallegas, y no sé si se les escaparía algún aurresku con sus dantzaris y txistularis. Todo no se iba a quedar en los chotis madrileños y La verbena de la Paloma, que también se interpretaban, para que no se enfadara la señora Ayuso, o alguien así, que padezca alergia a las lenguas vernáculas. Pues bien, la temporada comenzó en Madrid con un vodevil titulado Ni fontanera, ni cobarde. Pero después ha seguido en Barcelona.

El primer vodevil, Ni fontanera, ni cobarde, fue protagonizado por Leire Díez, Víctor Aldama y Javier Pérez Dolset. Un trío de cómicos que hace reír a la gente con los disparates que cuentan. Después del éxito de Leire en las cloacas de la madrileña calle Ferraz, los fontaneros están felices. Van a cobrar más que Mbappé por perder todos los títulos.

El viernes, en el palacio de Pedralbes en Barcelona, se representó el segundo vodevil de los Festivales de España en esta temporada. Titulado El don de lenguas, seguido por el sainete La española sólo besa de verdad. En este espectáculo hubo un momento de tensión, cuando se representó un beso de Judas entre Mónica e Isabel, dos mujeres de armas tomar. La señora Ayuso, que se había tomado la molestia de viajar a Barcelona, se salió a tomar el fresco, cuando Imanol Pradales entonó unas oraciones en eusquera. Peor aun cuando Salvador Illa recitó unos textos en catalán, lengua en la que no cantan por alegrías ni en Badalona, donde gobierna el PP. La señora Ayuso se salía, y miraba de reojo. Por si hablaban lenguas extrañas. En Pentecostés (cuya fiesta litúrgica se celebra hoy), el Espíritu Santo propició el don de lenguas. Y sin pinganillos.

Hasta los del PP se animaron. Alfonso Rueda aportó un tema en gallego al vodevil y Marga Prohens otro en mallorquín, que es una variante del catalán. Y, mientras tanto, Juanma Moreno perdía la oportunidad, y se señalaba un orzuelo, en vez de arrancarse por la zarzuela La reina mora, de los hermanos Álvarez Quintero, y cantarles Pajaritos vendo yo, o A la reja de la cárcel.

El único acuerdo alcanzado es que los políticos viajan gratis a estos espectáculos de los Festivales de España. Y que sólo pagamos los más tontos.

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